DISCURSO INAUGURAL: VIII FORO SOCIAL DE MUJERES CON DISCAPACIDAD "La Luz de la Dignidad frente a la Sombra de los Límites"
Honorable Secretaria Autonómica, Dña. Asunción Quinzá; Excelentísima Señora Teniente de Alcalde, Dña. María José Ferrer; Estimado Director General, Javier Copoví; querida presidenta y compañera de batallas, Ana Peláez; Autoridades, amigas, aliadas:
Bon vesprada y bienvenidas a Valencia.
Dicen los poetas y los pintores que esta ciudad posee una luz única, un resplandor del Mediterráneo que aclara las ideas y ensancha el espíritu. Sin embargo, permitidme que desafíe a la geografía y a la historia en este preciso instante: la verdadera luz de Valencia hoy no entra por esas ventanas. La verdadera luz incandescente, la que quema la injusticia y alumbra el futuro, está sentada hoy en estas sillas.
Es un honor inmenso, pero sobre todo es un imperativo moral, que el CERMI Comunidad Valenciana sea el anfitrión de este VIII Foro Social. No os recibimos solo en un hotel o en una ciudad; os recibimos en el corazón de una convicción inquebrantable.
Nos reunimos bajo una sentencia que debe quedar grabada en piedra: "Mujeres Valientes, Mujeres sin Límites".
Al mirar este auditorio, no veo meramente asistentes a un congreso; veo a las legítimas embajadoras de la discapacidad de toda nuestra nación, mujeres que sostenéis sobre vuestros hombros la dignidad de todo un movimiento a lo largo y ancho de España.
Veo una legión de dignidad que ha florecido en las grietas de un asfalto social que, demasiadas veces, fue diseñado para que nada creciera en él.
Se nos ha convocado aquí para hablar de valentía. Pero debemos ser muy cuidadosos con las palabras, porque las palabras construyen realidades.
La valentía de las mujeres con discapacidad no debe medirse jamás por vuestra infinita capacidad de soportar el sufrimiento, sino por vuestro derecho sagrado a ejercer la felicidad.
Sois valientes, sí. Sois titánicas. Pero permitidme la osadía de decir que no deberíais tener que serlo.
La sociedad os ha obligado a convertiros en heroínas de leyenda solo para alcanzar lo que para el resto de la ciudadanía es rutina, es ordinario, es lo normal.
Y hoy, desde esta tribuna, lanzamos un mensaje que debe retumbar en todas las conciencias: Basta de heroicidades forzosas.
No queremos medallas al mérito por sobrevivir a un entorno hostil; queremos un entorno que no os obligue a sobrevivir, sino que os invite a vivir. Reivindicamos el derecho a la normalidad, el derecho a ser ciudadanas sin necesidad de ser espartanas.
El lema de este foro nos habla de un mundo "Sin Límites".
A menudo, el mundo nos dice que los límites están en vuestros cuerpos, en vuestra movilidad, en vuestros sentidos o en vuestra neurodivergencia. Mentira. Esa es la gran mentira que hemos venido a desmontar durante estos tres días.
Los límites no residen en vosotras. Los límites son una construcción artificial. El límite es un urbanismo arrogante que olvida la diversidad humana. El límite es una justicia ciega que no os cree cuando denunciáis. El límite es un mercado laboral que desperdicia vuestro talento por prejuicio. El límite es una mirada social paternalista que confunde la caridad con el respeto.
Estamos aquí, en vísperas de un 25 de noviembre, porque la violencia contra las mujeres y niñas con discapacidad no es un suceso, es una emergencia civilizatoria.
La ambiciosa agenda que hemos diseñado minuciosamente para este encuentro no conoce la tibieza.
Abordaremos desde la macro-violencia de un clima cambiante que castiga a las más vulnerables, hasta la micro-violencia de la explotación silenciosa.
Temas duros, temas de acero, que requieren respuestas de acero.
Me dirijo ahora, con la lealtad institucional que siempre ha caracterizado al CERMI CV, pero con la gravedad que el momento histórico exige, a los representantes de la Administración Pública —Generalitat y Ayuntamiento— que nos honran con su presencia:
Vuestra compañía hoy aquí es vital y la agradecemos profundamente. Es el símbolo de una alianza necesaria.
Pero escuchad bien el latido de este salón: el movimiento social de la discapacidad no está aquí solo para gestionar la precariedad ni para rellenar estadísticas. Estamos aquí para co-gobernar la transformación.
Necesitamos que las políticas públicas dejen de ser parches de asistencia para convertirse en motores de autonomía radical.
No necesitamos "ayudas"; necesitamos inversión. Porque financiar la igualdad de las mujeres con discapacidad no es un gasto en un balance contable; es la inversión más inteligente, ética y rentable que puede hacer una democracia decente.
Necesitamos que la perspectiva de género y discapacidad sea la columna vertebral, y no el anexo a pie de página, de la reconstrucción social y económica de nuestra tierra.
Queridas amigas, compañeras:
Durante estos tres días, Valencia se convierte, gracias a vosotras, en la Capital Europea de la Dignidad.
Este espacio, que el programa llama "seguro", yo prefiero llamarlo "sagrado". Un lugar donde vamos a sanar a través de la sororidad, donde el dolor individual se transformará en poder colectivo.
Que este VIII Foro no sea un encuentro de palabras que se lleva el viento de Levante. Que sea la fragua donde se fundan las nuevas herramientas de nuestra libertad.
Que sea el lugar donde el techo de cristal estalle en mil pedazos y donde los muros de hormigón se derrumben ante la fuerza de vuestra razón.
Vosotras, mujeres y niñas con discapacidad, sois la vanguardia de la revolución pendiente del siglo XXI.
No pidáis permiso para ocupar vuestro espacio.
El espacio es vuestro por derecho natural.
Que vuestra luz sea tan inmensa que reduzca la oscuridad a cenizas.
Y que vuestra voz, resonando sin límites, no solo reescriba la historia: que la conquiste para siempre."
Muchas gracias.