Maribel es un ejemplo de superación personal. Es una mujer valiente, y comprometida en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y de las mujeres. Una mujer que ha superado numerosas situaciones difíciles en su vida: “Yo me enteré de mi discapacidad tarde, porque no había mucha información entonces sobre discapacidad intelectual, era una gran desconocida”. Ella no disfrutó de adaptaciones en la escuela, que tuvo que dejar antes de finalizar tercero de la ESO. “La frustración que yo he vivido durante los primeros años de mi vida ha sido muy grande. Con esfuerzo y buenos apoyos puedes hacer lo que quieras”, explicaba Cáceres.
Maribel se enteró de que estaba incapacitada judicialmente cuando fue por primera vez a votar: “Fui con mi DNI y me dijeron que no podía, que no aparecía en el censo porque estaba incapacitada. Me sentí inútil, anulada”. Más adelante, decidió formarse en derechos de personas con discapacidad intelectual en Plena Inclusión Extremadura. Gracias a esa formación y al apoyo de esta federación se revisó su sentencia de incapacitación y ahora tiene una curatela económica. “Ahora lo que quiero es recuperar la capacidad total. Sé que seguramente necesite apoyo para cosas como gestionar una herencia, que es muy difícil, o comprar un coche. Pero yo tengo unas capacidades que son bestiales y puedo administrar mi dinero, y puedo hacer mi vida como cualquier persona gracias al apoyo de mi asociación y de mi familia”.
En estos cuatro años he tenido el privilegio de acompañar y apoyar a Maribel en el desarrollo de sus responsabilidades como patrona y en otras, y en este tiempo he sido testigo privilegiada de su valentía, su compromiso, de su capacidad de trabajo y, sobre todo, de su calidad humana. Tras superar con éxito algún reto o situación nueva me decía: ¿hasta dónde voy a llegar? Mi respuesta siempre: hasta dónde te propongas Maribel, hasta el infinito y más allá. Y reíamos.