Federici comenzó su activismo en la década de los sesenta realizando importantes aportes al debate sobre la remuneración del trabajo doméstico. También ejerció la enseñanza en Nigeria, experiencia que le marcó profundamente y a partir de la cual se posicionó en contra del proceso de privatización del conocimiento que ha llevado al desmantelamiento del sistema público de enseñanza universitaria en ese país africano para convertirlo en un sistema de producción de conocimiento al servicio del mercado.