La investigadora “Ramón y Cajal” en el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, MariaCaterina La Barbera, ha abogado por abordar la intersección entre distintos factores de discriminación. Para ello, se requiere la colaboración entre diferentes departamentos, competencias y coordinación con otras organizaciones”.
Así lo ha expresado durante la X edición del Observatorio sobre Feminismo y Discapacidad una iniciativa impulsada por la propia FCM que tiene como objetivo ofrecer un espacio crítico para el debate teórico-político y la formación, que facilite el análisis de las principales corrientes de pensamiento feministas y sus conexiones con otras luchas por los derechos humanos en el mundo actual.Tras el acto de bienvenida dirigido por la coordinadora de la FCM, Isabel Caballero, ha tenido lugar una conferencia magistral a cargo de MariaCaterina, quien ha iniciado su ponencia introduciendo la definición del concepto de la interseccionalidad explicado a través del cuento “El Elefante en la oscuridad” de Rumi (1200).
En el análisis de la genealogía del término, ha señalado que “la discriminación interseccional no se puede entender añadiendo o quitando capas” aludiendo al pensamiento de la académica estadounidense especializada en el campo de la teoría crítica de la raza, Kimberlé W. Crenshaw. El temor fundamental es que el término termine de diluirse entre otros factores de discriminación” ha lamentado.
Asimismo, durante su discurso, MariaCaterina ha querido aclarar que “la discriminación interseccional es diferente de la suma de racismo y sexismo. La idea fundamental que queremos vehicular con esta perspectiva de la interseccional es que el conjunto es algo diferente a la suma de sus partes y que la intersección no es superposición no es suma. No es lo mismo que discriminación múltiple”.
También ha dado algunas pinceladas sobre derecho internacional de los derechos humanos y referencias normativas junto con recomendaciones. “La interseccionalidad conecta con la inseparabilidad de los derechos proclamados en la Declaración universal de los derechos humanos. En las últimas dos décadas Naciones Unidas ha reconocido que existen diferencias a la hora de sufrir discriminación de género y a que las estructuras de género no funcionan de manera aislada” ha declarado.
En relación con los obstáculos que impiden la puesta en marcha de la perspectiva de la interseccionalidad en las políticas públicas ha subrayado la falta de datos desagregados. “Siempre se ponía sobre la mesa que no se pueden recoger datos desagregados porque hay incompatibilidad con la Ley de protección de datos. Sin embargo, la experiencia de otros países demuestra que se puede realizar para hacer un buen diagnóstico”.
Para superar estos obstáculos, MariaCaterina ha advertido que “no podemos aplicar un enfoque sino sabemos qué es. Por lo tanto, definir qué es y cómo podemos implementarlo debería ser el primer paso”.
Al final de su ponencia, MariaCaterina ha ahondado en la praxis, más allá de la teoría. En ese sentido, ha planteado diferentes ideas. Por ejemplo, ideas de cómo debería ser la formación. “Una formación no como una clase frontal sino talleres de trabajo y espacios de intercambio de buenas prácticas y problemas”. “Activar la reflexión crítica sobre los objetivos y herramientas para garantizar la igualdad y emprender un proceso de transformación profunda de la organización de la culturade trabajo tradicional” ha indicado.
Tras la conferencia magistral, se ha dado paso a un coloquio en el han participado María Amores González, Psicóloga en la Red de Atención social a personas con enfermedad mental grave y duradera de la Comunidad de Madrid. Formadora en Perspectiva feminista en Salud Mental; Laura Seara Sobrado, Asesora jurídica y miembro del Comité de personas expertas de la Observatorio sobre Feminismo y Discapacidad de la Fundación CERMI Mujeres; y Teresa Martínez Santiago, técnica de la Fundación CERMI Mujeres.
Las ponentes han coincidido en que la asignatura pendiente son los datos y han debatido acerca de cómo el trabajo interseccional debe ser obligatorio, no depender del voluntarismo o del activismo, así como un debate jurídico con relación al tema