En este sentido, la Fundación CERMI Mujeres y el CERMI denuncian la ausencia de políticas públicas de empleo efectivas, que permitan alcanzar la igualdad de retribuciones salariales entre hombres y mujeres con y sin discapacidad.
En este marco de desigualdad las mujeres con discapacidad presentan niveles de ingresos significativamente inferiores al resto de las mujeres y hombres sin discapacidad, así como en relación a los hombres con discapacidad.
Y es que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras en 2015 el salario medio anual bruto de las personas con discapacidad ascendió a 19.569,60 euros y el de las personas sin discapacidad a 23.208 euros; en 2016 el salario medio del colectivo con discapacidad se cifró en 19.297,6 euros frente a los 23.273,3 euros de las personas sin discapacidad.
Además, la inclusión laboral de las mujeres y hombres con discapacidad continúa siendo una tarea pendiente. Así, en 2016 las personas con discapacidad presentaron una tasa de actividad del 35,2%, 42 puntos por debajo de la de la población sin discapacidad. Por otro lado, la tasa de ocupación de las mujeres y hombres con discapacidad fue del 25,1%, menos de la mitad que de las personas sin discapacidad, mientras que la tasa de paro fue del 28,6%, nueve puntos por encima que la de la población sin discapacidad.
Por sexo, las diferencias también son notables. Así, los hombres con discapacidad recibieron un salario un 21% inferior al de los hombres sin discapacidad, que percibieron un salario medio de 20.614 euros. Esta diferencia aumenta respecto a las mujeres con discapacidad, que cifraron su retribución en un 14% menos que la de los hombres sin discapacidad, con un salario medio de 17.365 euros.
En este sentido, cabe destacar que, con respecto al año anterior, la diferencia entre hombres y mujeres con discapacidad se ha reducido, aunque aún sigue alcanzando una desigualdad del 15,8%.