El peligro no solamente se produce en los traslados sino también se sitúa en los centros de acogida en condiciones de hacinamiento, donde no hay separaciones entre hombres y mujeres, y en medios de transporte como trenes y autobuses o en parques y carreteras. A esto hay que unir los ataques de quienes conforman las bandas de tráfico ilegal de personas.
Ante esta situación, Acnur ha solicitado a los Estados europeos que intensifiquen las medidas para asegurar la máxima protección de estas poblaciones en movimiento que se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad.
Del total de la población refugiada y migrante que llega a Europa se estima que el treinta y cuatro por ciento son mujeres y menores de edad.
No hay datos sobre la situación de las mujeres con discapacidad que se ven obligadas a huir de sus países por razones económicas, persecuciones políticas, religiosas, conflictos armados, etc.
