La mayoría de los servicios disponibles para la población con discapacidad cuenta con escasa experiencia en la detección y abordaje de situaciones de violencia contra las mujeres por lo que se ven abocadas a mantener la convivencia con sus maltratadores. Los estudios muestran que la puesta en marcha de proyectos adaptados junto con un buen entrenamiento de las y los profesionales son elementos clave a la hora de prevenir y dar respuesta a las situaciones de violencia de género.
Una de las fortalezas de este programa es que son las propias mujeres con discapacidad las que sirven de cofacilitadoras junto con el personal que imparte formación a las y los profesionales de diferentes ramas (salud, servicios sociales, violencia…).
Asimismo el Plan Nacional de Seguros de Discapacidad permitirá que las mujeres con discapacidad puedan controlar los servicios que utilizan. Para ello el personal técnico contratado recibirá formación específica que les permita comprender qué es la violencia de género y cómo abordarla.