Cuando el odio se convierte en delito
Puede cometer un delito de odio cualquier persona que manifieste rechazo a ciertos colectivos por motivos relacionados a la diversidad sexual, discapacidad o cualquier otra razón de discriminación que atente contra la dignidad de la persona. En el año 2016, se cometieron 262 delitos basados en la discapacidad lo que supone un repunte del 15% respecto a los datos de año 2015.
Asimismo, se establece la misma pena para aquellos que “distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos para fomentar, promover, o incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia”.
Igualmente, serán castigadas con penas de prisión de hasta 2 años, las conductas atentatorias contra la dignidad consistentes en una “humillación, menosprecio o descrédito” de dichas personas o grupos de personas.
El Ministerio del Interior la publicado recientemente el informe 2016 sobre Incidentes relacionados con los delitos de odio en nuestro país.
7 fueron los delitos por antisemitismo, 10 los de aporofobia, 47 los delitos basados en discriminación de las creencias o prácticas religiosas, 262 los delitos por motivo de discapacidad, 230 por orientación o identidad sexual, 416 los delitos racistas y xenófobos, 259 los fundamentados en la ideología y 41 los delitos por discriminación por razón de sexo/género.