Así será ilegal ejercer control psicológico, emocional o económico sobre la pareja tal y como las organizaciones de mujeres venían demandando en los últimos años. Sin embargo el legislador baraja introducir una salvedad que puede suponer legitimar en determinadas circunstancias comportamientos que podrían ser considerados coercitivos, cuando son realizados “en el mejor interés de la mujer”. Las organizaciones feministas han criticado duramente esta modificación de última hora, pues consideran que puede desvirtuar seriamente la aplicación efectiva de la ley.