Las mujeres con discapacidad reclaman más formación e información sobre sus derechos sexuales y reproductivos y un trato digno y respetuoso

  • Denunciaron, en una mesa redonda del COCARMI, la vulneración habitual de estos derechos, a menudo escondidos y silenciados en el ámbito familiar
  • En el encuentro se incidió en varias ocasiones en la estrecha relación entre una buena salud sexual y una buena salud mental
Imagen de la mesa redonda
Imagen de la mesa redonda
  •  
  • .- Las mujeres con discapacidad pidieron más formación e información sobre sus derechos en materia sexual y reproductiva, así como el respeto y un tratamiento digno por parte de la sociedad. Y es que, si las mujeres en general todavía lo tienen muy difícil en este ámbito, la situación se agrava en el caso de las mujeres con alguna discapacidad.

    Así ha quedó patente el pasado viernes en una mesa redonda organizada por la comisión de género del Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), principal plataforma de la discapacidad en Catalunya, con el título ‘Desmontando tabúes y rompiendo estigmas sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad’.

    Al empezar, la sexóloga experta en discapacidad Anaya Guerreiro, de la asociación Tàndem Team Barcelona, habló de 'La salud sexual y reproductiva de las mujeres con discapacidad'. Guerreiro destacó la discriminación y vulneración de derechos de las mujeres con discapacidad, que se traduce en su consideración como seres inactivos y asexuados, incapaces e improductivas, que no pueden decidir sobre anticoncepción ni sobre deseo sexual o maternidad. Recordó también la violencia obstétrica y abusos que, por su mayor vulnerabilidad, sufren muchas de ellas, su estigmatización e invisibilización, y consideró que el derecho a elegir sobre su sexualidad debería estar en el primer puesto de la lista de derechos del colectivo. Y aunque admitió que se ha avanzado mucho en esta “lucha histórica” en los últimos años, “nos queda todavía mucho camino por recorrer”

    Por su parte, la abogada Trinidad Fernández Russell, experta en violencia contra las mujeres e infancia, mencionó algunas sentencias que son un gran paso en el reconocimiento de derechos, y una normativa nacional e internacional que también reconoce y ampara a estos derechos: "derechos sabemos que tenemos, otra cosa es que se cumplan" y "no porque haya ocho leyes se respetarán más nuestros derechos".

    Haciendo referencia, por ejemplo, a esterilizaciones forzosas, anticoncepción o aborto, consideró que el “consentimiento informado” debe prevalecer en cualquier tratamiento médico al que se quiera someter a una mujer con discapacidad y lamentó que “el principal tabú social está a nivel familiar”, que oculta todo lo que tiene relación con el sexo “porque las familias entienden que deben protegerlas”.

    En la mesa de experiencias, Carme Garrido, de ECOM, mujer con discapacidad física derivada de una poliomielitis, recordó que ha sufrido miradas de rechazo y discriminación "desde siempre" y que fue víctima de abusos en su entorno familiar, lo que la ha marcado y le hizo pensar en su momento que era la forma habitual de relacionarse afectivamente. No fue hasta los 45 años, con tiempo y terapia, que lo pudo verbalizar y superar: “ahora puedo hablarlo y las cicatrices no duelen”. Apuntó que se sintió cuestionada cuando empezó a salir con su pareja, después cuando se casó, posteriormente cuando tuvo hijos: "es una lucha constante".

    Por su parte, Irene Farrero, de Fundació Estany i Dincat, mujer con autismo diagnosticada de adulta, destacó el papel de asociaciones y entidades en el acompañamiento de las mujeres con discapacidad. Se consideró "guerrera" y "superviviente" y muy satisfecha como activista y "cuidadora" de otras personas "por el trabajo de poder ayudar a otras personas para que no pasen por lo que yo he tenido que pasar". Lamentó, por otra parte, la falta de información que hace que muchas mujeres no decidan por sí mismas sobre su sexualidad y maternidad.

    A su vez, Mireia Borràs, joven afiliada a la ONCE con una discapacidad visual adquirida justo antes de la pandemia y estudiante de Educación Social, dijo que "aquellos que están con nosotros nos aman tal como son" y que aquellos que nos rechazan, que tienen mentes cerradas, difícilmente cambiarán, pese a la evidencia de que "todos somos diversos y la diversidad es una realidad". Opinó que, por su experiencia, "falta mucha información y concienciación entre los jóvenes" sobre lo que representa vivir con una discapacidad.

    A lo largo de la sesión se habló también de la "soberbia" de muchos profesionales de la medicina y el derecho, "que creen saber mucho más que nosotros" de nuestra realidad, así como de la falta de empatía y de preparación de muchos sanitarios a la hora de atender, con dignidad, a mujeres con discapacidad: "Denunciemos y reclamemos cuando nos sintamos violentadas, por dignidad y seguridad", pidió Carme Garrido a las asistentes. Y añadió que: "No pueden cogerme como si fuera un saco" cuando, por ejemplo, tiene que hacer la transición de la silla a una cama para una exploración. Se denunció igualmente la falta de equipos, instrumental y pruebas adaptadas a las personas con discapacidad, y se pidieron explicaciones y descripciones claras y comprensibles sobre todo lo que se hará durante un acto médico. La soledad de las familias cuando deben hacer frente a una discapacidad sobrevenida o al nacimiento de un hijo con discapacidad y el llamamiento a hacer cumplir las leyes que ya existen fueron otros puntos abordados a lo largo de la mañana, y se incidió en diversas ocasiones en la estrecha relación entre una buena salud sexual y una buena salud mental.

    La moderadora del acto, María de Sierra López, de ONCE Catalunya, agradeció los diferentes testimonios que se pudieron escuchar, ya que pueden dar fuerza a otras mujeres para denunciar discriminaciones o vulneración de sus derechos.

    En la clausura habló, en nombre del COCARMI, la directora de la Fundación Catalana para la Parálisis Cerebral y vicepresidenta de COCEMFE Catalunya, Esther Jolonch, quien señaló que “jornadas como ésta ayudan a descubrir que lo que te ha pasado a ti también le ha pasado a otras mujeres”. Aprovechando la presencia de la secretaria de Igualdad y Feminismos de la Generalitat, Sònia Guerra, Jolonch pidió más apoyo a las administraciones y mayor presencia en las escuelas para avanzar en la sensibilización de los niños y niñas en materia de inclusión y diversidad.

    El acto contó con el apoyo de los departamentos de Derechos Sociales e Inclusión y de Igualdad y Feminismos de la Generalitat y de la Fundación Catalana para la Parálisis Cerebral.