El Observatorio de la Salud reclama mayor perspectiva de género y unificar criterios entre los 17 sistemas de salud autonómicos.
Las mujeres con discapacidad en España sufren una “doble vulnerabilidad” por el mero hecho de ser mujer y de tener una discapacidad, lo que constituye una brecha doble de género que deriva a su vez en otros sesgos que afectan a su salud y a la atención sanitaria que reciben.
Así se puso de manifiesto durante un diálogo organizado por la agencia de noticias Servimedia y Estudio de Comunicación bajo el título “Salud, Género y Discapacidad” en la sede de Por Talento Digital de Fundación ONCE, en el que participó la ministra de Sanidad, Mónica García.
Tras la inauguración del acto y la intervención de la responsable gubernamental, una mesa redonda analizó el contenido del Libro Blanco sobre Salud y Género promovido por el Observatorio de Salud (OdS) y Estudio de Comunicación.
La directora ejecutiva del Cermi y patrona secretaria de la Fundación Cermi Mujeres, Pilar Villarino, reivindicó la necesidad de garantizar el acceso de las mujeres con discapacidad a los servicios sanitarios y de que este sea equitativo.
La formación a los profesionales de la salud en materia de discapacidad y a las pacientes en materia de derechos fueron otra de las demandas de Villarino. Asimismo, reclamó a las instituciones que los plazos y la burocracia a la hora del reconocimiento del grado de discapacidad no pueden ser “tan largos” y que tiene que haber “una revisión” de otras cuestiones como, por ejemplo, la participación de las mujeres con discapacidad en estudios.
Por su parte, la coordinadora del Libro Blanco de Salud y Género, Rosa Polo, recordó que las mujeres con discapacidad tienen una “doble vulnerabilidad” debido a los problemas causados por su discapacidad y las brechas de género que viven, como en el caso del ámbito sanitario.
A su juicio, los cambios necesarios para reducir esta desigualdad son, entre otros, una mayor concienciación y formación de la existencia de una brecha de genero en el sistema de salud orientada, sobre todo, a los trabajadores sanitarios y una mayor sensibilización sobre las dificultades que pueden tener las mujeres con discapacidad.
En cuanto a las claves del Libro Blanco de Salud y Género, la directora general del OdS, Marta Riesgo, repasó algunos de los datos más relevantes del mismo y apuntó, por ejemplo, que en España cada ocho minutos muere una mujer por enfermedad cardiovascular y que la mitad de las mujeres con migrañas no son tratadas.
Riesgo afirmó que el Observatorio actualmente está “poniendo el foco” en brechas de género en otros ámbitos “más allá de la salud” porque ha observado que, por ejemplo, en el sector laboral o en la infancia también las mujeres se enfrentan a muchas desigualdades.
En conjunto, todas ellas hicieron hincapié en la necesidad de mejorar las políticas sanitarias para incluir una mayor perspectiva de género y en unificar criterios entre los 17 sistemas de salud diferentes de España, generados por la derivación de competencias desde el Gobierno a las comunidades autónomas en materia sanitaria, para que las pacientes no vivan situaciones de desigualdad motivadas por el lugar en el que viven.
Finalmente, Riesgo recalcó que uno de sus objetivos principales es que todas las instituciones sean “conocedoras” de estos problemas y puedan “trabajar en planes específicos”.