CSW 60

Mujeres que mueven el mundo: Estrategias de crecimiento económico sostenible y el liderazgo en las mujeres


En el marco de la celebración del sexagésimo periodo de sesiones de la CSW60, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe) organizó un evento en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York para debatir en torno al papel de las mujeres en el crecimiento económico sostenible y el liderazgo femenino en las empresas.
Sede del Instituto Cervantes en NY. Momento del debate en torno al papel de las mujeres en el crecimiento económico sostenible y el liderazgo femenino en las empresas
Sede del Instituto Cervantes en NY. Momento del debate en torno al papel de las mujeres en el crecimiento econ?mico sostenible y el liderazgo femenino en las empresas

Sede del Instituto Cervantes en NY. Momento del debate en torno al papel de las mujeres en el crecimiento económico sostenible y el liderazgo femenino en las empresasEl acto contó con numerosa representación institucional y política entre la que cabe destacar la presencia del embajador representante permanente adjunto de España ante Naciones Unidas, J.M. González de Linares. También asistieron al evento Micaela Navarro, presidenta del PSOE, Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP en Cataluña, la secretaria de estado de servicios sociales, Susana Camarero, la directora general del Instituto de la Mujer, Rosa Urbón e Ignacio Olmos, anfitrión del acto y actual director del Instituto Cervantes. El debate fue moderado por el periodista Guillermo Fesser. 

 

La mesa dio inicio con la exposición de Susana Camarero. Para la secretaria de estado “ser mujer puede implicar una carrera de obstáculos, pero han sido muchas las mujeres que han luchado para mejorar su situación”. Precisamente este año la CSW60 ha abordado el tema del empoderamiento de las mujeres. No hay que olvidar, que en la agenda 2030, el Objetivo 5, habla de la igualdad de género, pero la gran cuestión es cómo conseguir hacer efectivo dicho objetivo. 

 

Para Camarero “la igualdad de oportunidades es una cuestión de derechos humanos y por lo tanto, también es una dimensión imprescindible en el ámbito económico. En España el sesenta por ciento de las titulaciones universitarias son obtenidas por mujeres y el sesenta por ciento de las opciones de compra las realizan también las mujeres. Esto muestra que deben estar en representadas en todos los sectores, sin embargo aún hace falta trabajar mucho en este sentido para conseguirlo.” 

 

Asimismo, Camarero afirmó que “las barreras que impiden a las mujeres estar ahí son estructurales y las empresas aún no cuentan con mujeres líderes debido a que los procesos de selección y trabajo siguen siendo eminentemente masculinos. Por lo general, no se tiene presente el talento de las mujeres.” En este punto, ha remarcado Camarero que “la necesidad de hablar de conciliación y corresponsabilidad para las personas, no para las mujeres, ya que el noventa y ocho por ciento de las excelencias para el cuidado de niñas y niños y personas mayores son solicitadas por mujeres en nuestro país”. 

 

“Además”, continuó la secretaria de estado, “sigue manteniéndose el  techo de cristal, ya que las mujeres entran en la empresa, pero permanecen menos tiempo en ella y les sigue costando mucho más la promoción, a pesar de que está documentado que las empresas con buenas prácticas en este ámbito en España funcionan mejor que las que no aplican políticas de igualdad de oportunidades. Otra cuestión a tomar en consideración es la necesidad de racionalizar horarios que permita hacer compatible la vida personal, familiar y profesional”.

 

Linda Levine, catedrática de español en la universidad de Montclair, recordó que en los años setenta dio comienzo los Women's studies en EEUU. Precisamente, en el año 75 Levine visitó España y tuvo la oportunidad de adentrase en el estudio acerca de mujeres feministas españolas en los últimos años del franquismo. Asimismo, señaló la importancia que tiene la academia para dar sentido de autoridad a las mujeres. “Hoy el alumnado quiere centrar su trabajo en el ámbito de los negocios, la biología o en la tecnología, pero casi nadie muestra interés por las humanidades, un campo de estudio, por lo demás, tremendamente feminizado”, apuntó la académica. 

 

Lavine puso el ejemplo del mundo del cine donde tan solo el ocho por ciento de quienes se dedican a dirigir son mujeres. “En España la película ‘Te doy mis ojos’, de Icíar Bollaín, 2003, es un buen ejemplo del tipo de cine que pueden llegar a realizar las mujeres. En esta película se denuncia la violencia de género y fue filmada un poco antes de la entrada en vigor la Ley orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género en el 2004. Se trata de un trabajo que hace visible lo invisible, y ha sido utilizada en cursos de formación para crear conciencia en torno a este grave problema".

 

En opinión de la catedrática esta invisibilidad de las mujeres y de sus problemas "no ocurre solamente en el mundo del arte, sino también en el de los negocios. Una mujer capaz y hábil en este ámbito sigue estando bajo sospecha y genera desconfianza entre colegas. Si trasladamos la lupa a la universidad, encontramos que en Estados Unidos tan solo el diez por ciento de dirigentes de universidades son mujeres. Por lo tanto, no es un problema que se produzca únicamente en el sector empresarial, sino que se da en todos los órdenes de la vida”. 

 

Por su parte, Elisa Fernández, directora del Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres, instancia que tiene como finalidad trabajar para el empoderamiento político y económico de las mujeres, atendiendo especialmente a aquellas que se encuentran en situaciones de marginalidad, dejó claro en su intervención que en este ámbito el cambio ha de empezar desde abajo. 

 

Desde un enfoque de los derechos humanos, el objetivo de los proyectos de empoderamiento económico de las mujeres que pone en marcha el Fondo de ONU Mujeres va más allá de generar ingresos. Al menos esta ha sido la experiencia obtenida en iniciativas realizadas, por ejemplo, con grupos de cooperativas en Asia y África, y que han tenido como protagonistas a mujeres rurales sin acceso a crédito. “En un principio”, expresó Fernández, “estas mujeres se involucran en los proyectos porque necesitan una entrada económica, pero estos espacios acaban convirtiéndose en lugares de empoderamiento, donde se identifican necesidades del alfabetización y donde se han forjado lideresas comunitarias”.

 

La presidenta de Fedepe, Ana Bujaldón, empresaria de marketing y comunicación, manifestó en su intervención que “aún hoy cuesta mucho llegar a los consejos de administración de las empresas si se es mujer por lo que es necesario trabajar en las comisiones de retribución y nombramiento para obligar a que se propongan ternas que incluyan a mujere.” 

 

Señaló también Bujaldón que “a partir de los cuarenta años, hay muchas menos mujeres en estos puestos y una medida que ayudaría a romper prejuicios sería aplicar el permiso de paternidad”. Sobre esta cuestión, Susana Camarero reiteró que “en las empresas con más medidas de conciliación y corresponsabilidad hay mejor clima laboral y las personas empleadas cogen menos bajas laborales, por lo que se hace necesario concienciar al empresariado de que es necesaria la igualdad entre mujeres y hombres”.

 

Más polémica fue la intervención de Meritxell Guitart, empresaria de marketing radicada en Nueva York, que comenzó reconociendo que “no ha tenido conciencia de la situación de discriminación de las mujeres en el ámbito empresarial o, al menos, esa no ha sido su experiencia”. "Aún así", afirmó, "sí hay ciertos directivos varones a quienes les cuesta trabajar con mujeres.” Asimismo, recalcó que “las mujeres deben adaptarse a un medio muy masculinizado con el objetivo de ser más eficaces.” 

 

Otra de cuestión que generó debate fue el posicionamiento de Guitart en torno a la maternidad. Desde su perspectiva: “no se trata de un obstáculo para las mujeres en particular, ya que por lo general les empresas promocionan igualmente a las mujeres que han sido madres”. Para Guitart “es una opción de las mujeres decidir desarrollar una carrera profesional o ser madre. Esto último implica adoptar una postura ‘más cómoda’ en la empresa y en puestos de menor responsabilidad”.

 

Durante el debate CERMI y la Fundación CERMI Mujeres abogaron por crear un nuevo modelo de políticas de cuidado que favorezca la conciliación y corresponsabilidad, y que tenga en cuenta a las mujeres con discapacidad como sujetos activos. Asimismo, se hizo hincapié en la necesidad de realizar una crítica a la falsa división que sigue dándose entre el ámbito productivo y reproductivo, así como denunciar el modelo patriarcal que permanece vigente en la estructura empresarial.