CSW60

Panel de alto nivel para analizar el empoderamiento económico de las mujeres


El CERMI y la Fundación CERMI Mujeres asistieron al panel de alto nivel promovido por la Secretaría General de Naciones Unidas y que tiene por encargo preparar un informe acerca del empoderamiento económico de las mujeres. Este trabajo será elaborado en los próximos meses en colaboración con organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos.
Consejo Económico y Social (ECOSOC)
Consejo Econ?mico y Social (ECOSOC)

Consejo Económico y Social (ECOSOC)El panel estuvo compuesto por el presidente de la república Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien es a su vez copresidente del grupo de alto nivel. Solís señaló que en su país se dan los mismos problemas de desigualdad de género que en el resto de países con similar nivel de desarrollo humano y que la discriminación contra las mujeres es producto de la mentalidad patriarcal. En Costa Rica, se han producido avances importantes en materia de igualdad y en la actualidad el 33 por ciento del Parlamento está formado por mujeres. Sin embargo, sigue persistiendo la brecha salarial de género y no existe un sistema de cuidados consolidado. 

 

Asimismo, Costa Rica necesita garantizar la presencia de las mujeres no solamente en el ámbito político, sino también en el campo de la empresa. Todavía las jóvenes costarricenses tienen que enfrentarse a innumerables obstáculos para acceder al mercado laboral y conseguir su primer empleo. Además, se ha de facilitar a las mujeres el acceso al crédito para poder desarrollar una actividad empresarial. Solís también mostró su preocupación por el proceso de envejecimiento poblacional que sufre el país, por lo que habrá que estar vigilantes para que esto no suponga un incremento de  las responsabilidades de las mujeres hacia las personas mayores en relación a las pensiones.  

 

Por su parte, Simona Scarpaleggia, consejera delegada de IKEA Suiza, y corresponsable junto con Solís del informe sobre empoderamiento económico de las mujeres, afirmó que la empresa no debe estar lejos de los derechos humanos ni de la agenda de desarrollo sostenible. Desde la Fundación IKEA se trabaja en colaboración con el PNUD en países como India, contando con el apoyo de las empresas sociales locales. El objetivo de estos proyectos es producir textiles que son enviados a través de los canales de venta a diversas partes del mundo. Este tipo de iniciativas, según la Scarpaleggia, ha beneficiado a las mujeres, fomentando su independencia económica.

 

La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo, participante en el debate, remarcó la labor que desde esta organización se desarrolla con la puesta en marcha de iniciativas flexibles con las que se espera llegar a involucrar tanto a Unicef y al PNUD. Una de las preocupaciones de ONU Mujeres es apoyar a las adolescentes y las mujeres más jóvenes que han quedado embarazadas y que han interrumpido su formación. Son éstas las que se hallan en una situación de mayor riesgo de exclusión en todos los sentidos, por lo que se hace necesario ofrecerles oportunidades para que tengan una vida activa. Asimismo, es necesario impulsar acciones de formación en materia de derechos y salud sexual y reproductiva. Para la vicepresidenta de ONU Mujeres "es posible salir de estas situaciones de exclusión y violación de derechos humanos, tal y como ha ocurrido en Malawi, con la eliminación de las bodas infantiles". 

 

Elizabeth Vázquez, presidenta y cofundadora de WEConnect Internacional, organización no lucrativa que apoya a las mujeres para alcanzar el éxito en el ámbito de los negocios, denunció que las mujeres forman parte, sin duda alguna, del mundo económico, sin embargo, siguen trabajando la tierra sin ser las dueñas. Fomentar la presencia de las mujeres en el mundo de la empresa y asegurar que ocupen puestos de responsabilidad, no es la solución a todos los problemas, pero sí es una posibilidad para distribuir de manera más justa la riqueza. Otra forma sería consumir conscientemente, a través de la compra de productos generados por las mujeres. 

 

Arancha González, del Centro Internacional del Comercio, incidió en su intervención en el coste que supone a toda la sociedad el hecho de que las mujeres sean expulsadas de la economía formal y demandó la introducción de indicadores que permitan recoger información real acerca de la posición y de la situación de las mujeres en el mundo económico.

 

Durante el debate representantes de la sociedad civil organizada realizaron interesantes aportaciones, como las presentadas por las trabajadoras del servicio doméstico o las de las entidades de mujeres indígenas, quienes reivindicaron la visibilidad de sus aportaciones y  denunciaron, al mismo tiempo, la falta de reconocimiento de sus derechos en el mercado laboral y de sus conocimientos ancestrales.