En este evento Peláez señaló que: "Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen una plataforma maravillosa para la implementación de un enfoque interseccional a favor de los colectivos más desfavorecidos. Ha llegado el momento de unirse y abordar las cuestiones de género, edad y discapacidad a fondo, si queremos que la Agenda 2030 sea un éxito”.
De hecho, las estadísticas son sobrecogedoras: una de cada cinco mujeres tiene una discapacidad (según datos de la Organización Mundial de la Salud y del Banco Mundial, Informe Mundial sobre la Discapacidad de 2011); las mujeres constituyen hasta tres cuartas partes de las personas con discapacidad en los países con ingresos bajos y medianos, y el número de mujeres mayores con discapacidad aumenta (nota informativa de ONU Mujeres, ‘Lograr que los ODS mejoren la situación de las mujeres y niñas con discapacidad’, 2017); y más de 200 millones de mujeres con discapacidad viven por debajo del umbral de la pobreza, están expuestas a la violencia, y no tienen acceso a la justicia, la educación o el empleo (OMS y Banco Mundial, Informe Mundial sobre la Discapacidad de 2011).
Esta realidad no se reconoce en la Agenda 2030 o, de hecho, en ninguna otra política global o regional. Las políticas en materia de discapacidad no tienen en consideración el género, mientras que las políticas de mujeres no tienen en consideración la perspectiva de la discapacidad. A modo de ejemplo, no se incluye de forma sistemática a las mujeres y niñas con discapacidad en ningún proceso consultivo, y no se consideran en el Objetivo 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las organizaciones de la sociedad civil tampoco cuentan con una agenda proactiva para el abordaje de esta cuestión, y no existen organizaciones de mujeres y niñas con discapacidad que se representen a nivel global o regional.
Recomendaciones del Foro Europeo de la Discapacidad
Para llegar a las mujeres y niñas con discapacidad, es necesario que modificar nuestra manera de plantear la desigualdad y centrar el foco en la interseccionalidad y las distintas capas de discriminación asociadas a la discapacidad, el género y el envejecimiento. Es preciso recabar pruebas mediante la recopilación de datos, para así comprender mejor la situación de las mujeres y niñas con discapacidad, teniendo en cuenta otros factores, tales como, por ejemplo, el envejecimiento. Asimismo, hay que empoderar a las mujeres y niñas con discapacidad para que se representen a sí mismas a escala regional y global, para de esta manera tener una incidencia mayor en los procesos de elaboración de políticas.
También se hace necesario implementar la Observación General número 3 sobre el artículo 6 (Mujeres y niñas con discapacidad) de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de que las mujeres y niñas con discapacidad de todas las edades sean tenidas en cuenta de forma verdadera y sistemática.