En este documento, elaborado por Anna Sofia Fernandes de la coordinación portuguesa del Lobby Europeo de Mujeres (EWL), señala que en el capitalismo financiero actual las mujeres ingresan en el mercado laboral a través de la realización de actividades reproductivas mercantilizadas como el cuidado de niñas y niños, el cuidado de personas ancianas y el trabajo doméstico a medida mediante trabajo remunerado y se comercializan continuamente.
Esta situación no cambia la división de género en el trabajo: las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza de trabajo dedicada al trabajo de cuidado, que a su vez tiende a estar peor remunerado. Las mujeres enfrentan una doble carga, ya que se dedican a un trabajo remunerado y, además, hacen la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado. Además, la integración de muchas mujeres en el mercado laboral se basa en una división de clases y étnicas / raciales entre las mujeres: las actividades de cuidado son llevadas a cabo por trabajadoras migrantes, muchas de Europa del Este o el Sur Global, muchas de los cuales tuvieron que dejar a sus familias para cuidar a otras personas.
Las desigualdades de género y la pobreza son los principales factores impulsores. Esta situación se enmarca como un problema personal / familiar, y no, como debería ser, como un problema social / político. Además de abordar las desigualdades de género y de intersección, junto con las tecnologías de la información y los empleos "ecológicos", el sector de atención representa el potencial de creación de empleo de mayor calidad que no puede ignorarse.
El documento propone un conjunto de recomendaciones y destaca que las políticas macroeconómicas deben ser de género.
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