Somalia, situado en el cuerno de África, cuenta con una población de aproximadamente ocho millones de personas, aunque este dato no puede contrastarse, ya que no existe censo de población. La principal etnia del país es la somalí, de origen cusita. Somalia tiene tras de sí una cruenta guerra civil que llevó a este país a estar dividido en pequeños estados hasta que finalmente se consiguió un acuerdo para establecer un Gobierno único.
En palabras de Gemma Davies, la investigadora de Amnistía Internacional encargada de llevar a cabo el estudio, las personas con discapacidad en Somalia son excluidas, abandonadas y sufren abusos a todos los niveles y corren peligro de sufrir matrimonio forzado, violencia, violación y reiterados desalojos forzosos. El informe ofrece información acerca de la situación de las mujeres y niñas con discapacidad obligadas por sus familias a casarse con hombres mayores o agresivos, o ambas cosas, siendo sometidas a constantes vejaciones y agresiones sexuales.
Entre las demandas expresadas por Amnistía Internacional en este estudio al Gobierno somalí, destaca la adopción de medidas destinadas a frenar los continuos abusos que sufren las personas con discapacidad y la ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su posterior aplicación en el ordenamiento jurídico nacional.