Regina Martínez, Premio Nacional de Juventud 2024 en la categoría de Compromiso Social, abre su corazón sobre su activismo, su proyecto Nimasnimano, y el camino recorrido hasta construir una comunidad que visibiliza y apoya a las personas con extremidades diferentes. En medio de la recuperación de Buñol y otros municipios valencianos tras las devastadoras riadas, cermi.es diario habla con esta joven buñolense, celebrando su resiliencia y su compromiso social como un ejemplo de esperanza en tiempos difíciles. Desde la experiencia personal hasta el activismo, conocemos más a esta joven que desea cambiar las miradas.
En primer lugar, ¿cómo está? Es de Buñol, uno de los municipios de la zona cero de esta Valencia castigada.
Está siendo devastadora la situación que tenemos aquí en Valencia. Por suerte, mi familia y yo estamos todos bien. Soy Buñol, pero actualmente vivo en Valencia, así que no estaba allí cuando pasó todo, pero está siendo muy duro ver cómo nuestra tierra sufre y cómo la dejan sufrir. No puedo dejar de pensar en todas las personas, y estoy haciendo todo lo que está en mi mano: donando, colaborando, yendo a repartir alimentos y productos, informando…
Desde el primer momento, yo me he volcado con la comunidad de personas con discapacidad que se están viendo afectadas. Es una situación muy complicada para cualquier persona, y se complica todavía más cuando se trata de una persona con discapacidad que posiblemente está sufriendo porque no puede atender a sus necesidades. Yo no he dejado de compartir todo tipo de información relevante, de ayudar dando y repartiendo alimentos, me he ofrecido a estar en contacto con quien lo necesite y estoy al tanto de todo. Ahora mismo los valencianos y valencianas nos necesitan.
Este premio significa un paso más en esta lucha, ya que, además del reconocimiento como activista, no dejo de ser una persona con discapacidad recibiendo un premio nacional, y eso es precisamente lo que buscamos: que también ocupemos estos espacios
Nos alegramos de que se encuentren bien, y ahora sí, una noticia muy reconformarte. ¿Cómo se siente al recibir el Premio Nacional de Juventud en Compromiso Social?
Para mí es un orgullo recibir este premio. No es muy difícil saber que mi compromiso con la discapacidad es incondicional y creo que se ve reflejado perfectamente en todo lo que hago. Me hace muy feliz que se valore la labor que llevo a cabo y el trabajo que hago para que se nos reconozca como lo que somos: personas, y que se nos trate como tal en todos los aspectos y en todos los ámbitos. Para mí, esto significa un paso más en esta lucha, ya que, además del reconocimiento como activista, no dejo de ser una persona con discapacidad recibiendo un premio nacional, y eso es precisamente lo que buscamos: que también ocupemos estos espacios.
Este premio reconoce su dedicación al proyecto Nimasnimano. ¿Podría contarnos cómo surgió la idea de crear este proyecto y cuáles fueron los mayores desafíos al comienzo?
Nimasnimano surge de la necesidad de contarle al mundo que las personas con discapacidad no somos ni más ni menos, y con el principal objetivo de visibilizar, dentro de esta gran comunidad, a las personas con extremidades diferentes, condición con la que yo nací y con la que nacen muchos niños y niñas. El empujón para lanzarme a esto lo recibí de una mamá que me contactó personalmente por redes para decirme que su hija venía al mundo con una manita como la mía. Yo estaba estudiando la carrera y sentí que esto era una señal. Tuve el apoyo de mis amigos, de mi familia, de mis profesores… y con mi amigo Javi, que es quien se unió conmigo a la aventura, empezamos a dar forma a lo que hoy es Nimasnimano. La acogida fue increíble y, desde el principio, me he encontrado con muchísimas personas apoyándome, animándome a seguir y recordándome lo importante que es lo que estoy haciendo. Si ha habido algún tipo de desafío, diría que es la sociedad en la que vivimos en sí, una sociedad que muchas veces ha cerrado la puerta a la diversidad y que, aunque avanza, todavía tiene mucho que mejorar. Me he encontrado con gente de todo tipo, con comentarios de todo tipo… pero esa es mi motivación también, porque, sin duda, quien necesita conocer sobre la discapacidad no es quien ya sabe de ella, es quien la desconoce en absoluto. Ese es el trabajo que tenemos: cambiar la mirada.
Nimasnimano se enfoca en visibilizar la realidad de las extremidades diferentes y en generar una comunidad activa. ¿Qué reacciones o respuestas ha recibido de otras personas con la misma condición o de sus familias?
La verdad es que la respuesta que tengo es increíble. Recibo mensajes prácticamente todos los días de madres, sobre todo, pero también de padres, tías, amigas… que ven en mí el reflejo de lo que serán esos niños y niñas un día. Es muy gratificante ver que les puedo dar esperanza y calma ante una noticia que normalmente es complicada de digerir. La realidad es que a mí también me sirve mucho esta comunidad que estamos creando, y que estemos en contacto, que me dejen adentrarme en su historia, y conocer a tantas personas que también “son como yo” para mí es muy importante. Me encanta cuando me escriben porque siento que vuelvo a conectar con la Regina adolescente que le daba vergüenza enseñar su mano, con la Regina que le preocupaba algo en concreto, e incluso con la Regina del futuro que es más mayor y que tiene otros retos en la vida. Cada vez que me dan las gracias no puedo no dárselas de vuelta; todas esas personas son el motor de todo lo que hago.
Comentaba que ha puesto mucho esfuerzo y dedicación en este proyecto. ¿Háblenos más sobre usted y cómo da visibilidad a su discapacidad? ¿Ha sufrido acoso escolar?
En este proyecto he puesto todo de mí, ya que personalmente va ligado a lo que es mi vida, a cómo vivo la discapacidad y todo lo que conlleva; por eso, ya forma parte de lo que soy. Siempre digo que esto me ha ayudado también a reconocerme en mi propia discapacidad y dentro del colectivo. Yo he vivido mi condición con mucha naturalidad, con la que me han educado, y nunca he pensado que fuese algo que estaba mal; al contrario, solo era diferente. Mis padres y mi entorno me enseñaron a ver lo bueno de las diferencias, pero yo no tuve un referente en mi vida que fuese como yo, así que mi motor en la vida está ahí, en poder representar y ser alguien a quien puedan cogerse todas las personas que lo necesiten. Evidentemente, hay muchas fases en el proceso de aceptación, y creo que todos pasamos por ese punto que no es tan bonito ni es tan fácil. Incluso me atrevería a decir que es algo que podemos experimentar también aun aceptándonos; es la otra cara de la discapacidad y también es una realidad. Todo esto es lo que yo intento visibilizar: lo bueno y maravilloso, mi día a día enseñando cómo hago las cosas con una mano, el humor con el que me tomo la vida, cómo supero barreras, cómo vivo positivamente mi condición… pero también la realidad, la lucha por encajar, las inseguridades, los miedos, las trabas de la sociedad, el rechazo… Por desgracia, me enfrenté al acoso escolar durante muchos años, y a lo largo de mi vida he tenido otras experiencias donde se ha señalado mi discapacidad. No es agradable ni algo que le desearía a nadie, pero trabajo día a día para superar todas esas barreras y para seguir queriéndome como lo hago, aferrándome a mí como siempre he hecho, y eso es algo que trato de enseñar.
¿Cómo cree que las redes sociales pueden ayudar a mostrar con naturalidad los diferentes tipos de discapacidades?
Las redes son un altavoz increíble para poder llegar a muchas personas y poder enseñar nuestra realidad, una realidad que convive en la sociedad, por mucho que a veces estemos en la sombra. Creo que todavía queda mucho trabajo que hacer para “normalizar” la discapacidad, tanto que hasta muchas veces hay gente que piensa que las personas con discapacidad ni siquiera tienen redes, y por eso mismo se ven con la libertad de comentar, de burlarse o de hacer memes. La concepción que se tiene de las personas con discapacidad es muy errónea y creo que tenemos que empezar precisamente por cambiar eso. Si lo hacemos a través de las redes sociales llegaremos todavía más lejos y a un público muy amplio, por lo que el mensaje de la inclusión, la diversidad y la igualdad llegará sin duda. Estamos acostumbrados a ver miles y miles de vídeos y publicaciones cada día y no tenemos presente que la verdadera influencia está en los valores, en lo verdaderamente importante; creo que eso a veces se nos olvida, y precisamente ahí nuestro discurso tiene mucho que aportar.
¿Cuéntenos lo más raro que le hayan preguntado o consultado en relación a los post que publica?
Como digo… ¡hay de todo! Te puedes encontrar una gran variedad de comentarios. Obviando todos aquellos que vienen con mala intención y para hacer daño, hay muchos otros que no tienen maldad, simplemente ingenuidad, desinformación, curiosidad. Creo que lo más raro puede ser que, muchas veces, la gente escucha la palabra “discapacidad” y te discapacita todavía más. Una vez, enseñando cómo me corto las uñas de mi mano izquierda con el cortaúñas adaptado, me acuerdo de que me preguntaron cómo hacía para cortarme las uñas de los pies. Me falta una mano, ¡la otra no! Porque me falte una no quiere decir que no pueda usar la otra, puedo cortármelas perfectamente con mi mano izquierda.
Además de ser activista, también trabaja como terapeuta ocupacional. ¿Cómo influyen su formación y experiencia profesional en su activismo y en el desarrollo de sus proyectos?
Todo lo que hago a día de hoy combina mi experiencia personal con mi parte profesional, y creo que no puede ser más bonito. Haga lo que haga, lo hago cargado de todo ese propósito: la experiencia le da sentido a la formación, y la formación reafirma la experiencia. Que yo estudiase Terapia Ocupacional tenía sentido por mi vocación para ayudar y por la empatía que siento al ser una persona con discapacidad. Podría decir que realmente llevo siendo mi propia terapeuta ocupacional toda mi vida. Y esta formación que me ha dado la carrera es lo que aplico a mi activismo. Para mí, la Terapia Ocupacional es la base de la vida, y todo lo que hago tiene un sentido precisamente porque la veo en cada acción, en cada ocupación, en cada meta, en cada actividad, en mi día a día. Hablar en redes de discapacidad es hacer Terapia Ocupacional, reunirme con los niños y niñas con extremidades diferentes de Valencia es hacer Terapia Ocupacional, compartir cómo me ato los cordones es hacer Terapia Ocupacional, asesorar a una familia es hacer Terapia Ocupacional, enseñar cómo me desenvuelvo o hablar de accesibilidad es hacer Terapia Ocupacional. Creo que hay muchas formas de hacerla y yo la he integrado en el activismo, y me encanta.
El jurado ha destacado su compromiso contra el acoso escolar en defensa de la discapacidad. ¿Qué mensaje le gustaría enviar a los jóvenes que puedan estar enfrentando situaciones de acoso o discriminación?
La lucha contra el acoso escolar es otra de las luchas en las que batallo, como víctima de acoso escolar que fui y ahora como experta en acoso escolar y ciberacoso. El mensaje que envío es claro, lo digo siempre en mis charlas: no están solos. Algo que suele ocurrir mucho es el sentimiento de soledad en los niños y niñas que lo sufren, por miedo a sentirse incomprendidos, por intimidación por parte de los acosadores, por no tener una red de apoyo fuerte… y solo puedo decirles que nunca estarán solos porque somos muchas las personas que lo hemos vivido, que estamos aquí para darles un abrazo, y porque esta batalla es incansable y no pararemos hasta terminar con el acoso escolar. Que lo cuenten sin miedo porque la victoria es suya y de nadie más.
Como referente para muchas personas jóvenes, ¿cuál cree que es el mayor reto para lograr una verdadera inclusión social hacia las personas con discapacidad?
Diría que el reto está en la sociedad, y de ella parten muchos otros, pero es el principal. En esa parte de la sociedad que todavía no ha cambiado la mirada, que sigue dejando a un lado a la discapacidad. La realidad es que sin ese cambio se complica, todavía más, el camino hacia la inclusión social. En el momento en el que todo el mundo entienda la discapacidad como una condición más de todas aquellas que pueden tener las personas, y no como algo que nos categorice o nos separe, empezaremos a derribar barreras. Ser una persona con discapacidad no te hace ni menos capaz, ni menos válida, ni menos persona.
Nos ha mencionado que “ocupar espacios” es un paso fundamental en su lucha. ¿Qué espacios cree que faltan aún por ocupar y qué cambios considera necesarios para lograrlos?
Sin duda esto es algo que considero muy importante y en lo que hago mucho hincapié en mi divulgación. Ocupar espacios es esencial dentro del movimiento por la discapacidad y para la sociedad en general. Si no nos ven ahí, ¿cómo van a pensar que también poder estar? En la cultura, en el cine, en el teatro, en los libros; en los medios, en los programas, en la televisión, en las plataformas; en lo social, en lo público, en lo privado, en lo laboral, en eventos, en jornadas, en premios. Donde sea. Cada vez vamos ocupando más lugares y estamos en más sitios, pero todavía nos queda por dar un salto en el que establezcamos que ese es nuestro espacio. Hemos conseguido estar, vale, ahora consigamos que estemos bien. Es maravilloso que en un concierto se reserve una zona para discapacidad, pero de nada sirve que las personas no puedan acceder a ella. También es fantástico que una persona con discapacidad tenga un papel en una serie, pero no tiene por qué limitarse a ser solo una persona con discapacidad, puede ser muchas cosas más. Y como esto, con todo.
Nimasnimano ha comenzado a crecer en Valencia y a conectar con más personas y familias. ¿Cuáles son sus próximos planes para el proyecto? ¿Tiene pensado expandirlo a otras comunidades?
Me hace muy feliz que la red de apoyo crezca y salga de las pantallas, que podamos estar cara a cara, abrazarnos y conocernos. En Valencia ya lo hacemos; de momento tenemos encuentros y quiero poder establecerlos con más frecuencia de manera que me permita también estar más al tanto de todas las personas. En mis planes está que se pueda expandir por el resto de España, ojalá que sí. Creo que es muy importante tanto para los niños y niñas como para las familias. Me hace muy feliz que puedan conocerse y apoyarse, es precioso ver cómo se crean vínculos, y espero que esto solo sea una parte de todo lo que está por llegar.
¿Qué papel ha tenido el Ayuntamiento de Buñol en su trayectoria y en la presentación de su candidatura? ¿Qué apoyo considera esencial para jóvenes activistas como usted?
El Ayuntamiento de Buñol y Buñol en general son muy importantes para mí, son mis raíces y mi hogar, y la verdad es que desde que empecé esta aventura el vínculo cada vez ha sido más grande y el apoyo que recibo es incondicional. Hay personas que son como mi familia y que agradezco enormemente que me acompañen. El Ayuntamiento lo lleva haciendo desde el principio, tanto esta como la anterior candidatura, así que estoy muy agradecida porque han querido ayudarme a conseguir ese premio. Especialmente a Lucía, concejala de juventud e infancia, que es mi mano derecha en esto.
Los jóvenes que tenemos esta vocación para el activismo necesitamos apoyo, hay muchas cosas que no están en nuestra mano y para las que vamos a necesitar que desde arriba nos faciliten el camino o nos digan por dónde ir. Es muy importante que se nos brinden esos recursos, esas ayudas, esos apoyos y esos medios para poder continuar con este compromiso social.
Este reconocimiento también realza su esfuerzo y trayectoria personal. ¿Qué aprendizajes le ha dejado este camino y qué le gustaría decirle a la "Regina" que empezó este proyecto?
Si pudiese hablar con la Regina que empezó todo esto le diría que va por buen camino, que confíe plenamente en ella y que va a ayudar a muchísima gente. Que, aunque los miedos posiblemente siempre estén ahí, no tiene nada que temer porque va a vivir cosas increíbles. En estos años he crecido mucho a nivel personal y evidentemente el impacto que tiene todo esto en mi vida es muy importante. Puedo asegurar que cuando empecé no imaginaba que acabaría viviendo todo lo que estoy viviendo. Estoy muy agradecida a todas las personas que han confiado en mí y me han tendido su mano para crecer, que me han regalado oportunidades únicas y que me apoyan y forman parte de todo esto. Estaré siempre agradecida. Creo que un gran aprendizaje que me llevo es que todo esto no hubiese sido posible si no me hubiese atrevido y, aunque atreverse a veces es todo un reto, merece la pena.
Por último, ¿qué metas tiene para el futuro? ¿En qué otros ámbitos le gustaría seguir trabajando o desarrollándose como activista y profesional?
Soy una persona que siempre está planeando cosas, recogiendo ideas o metida en nuevos proyectos, así que yo siempre estoy dispuesta a recibir todo lo que venga y a seguir emprendiendo nuevos caminos. Ya llevo una gran variedad de ámbitos en los que me he visto como activista: en comunicación, como conferenciante, como terapeuta, como modelo en moda inclusiva… y no sé qué será lo siguiente, pero lo descubriremos. Espero seguir divulgando, seguir participando en proyectos con tanto propósito, seguir ayudando a quien lo necesite, y espero de corazón que sigamos rompiendo barreras. Mi misión en la vida no es otra, ¡lo tengo claro!
Por: Gema Piñeiro
Fuente: CERMI