Este análisis pone de manifiesto, además, que existen diferencias muy marcadas en función del sexo, la edad y el nivel socioeconómico. En todos los indicadores las chicas puntúan peor que los chicos, y los niveles de bienestar emocional empeoran a medida que aumenta la edad de manera mucho más evidente para ellas. Así, la distancia entre los sexos, mínima a los 12 años (en el orden de uno o dos puntos porcentuales), aumenta de forma espectacular con la edad hasta 15 puntos porcentuales. Estos trastornos se multiplican en las chicas por dos y hasta por tres, tanto que su incidencia a los 18 años supera en más del 50% el valor.
La Agenda 2030 supone un cambio de paradigma y una oportunidad política para España, en concreto, para la infancia más vulnerable. El plan de acción local y global no sólo mejora la definición de las políticas y la determinación de las prioridades, sino que también promueve el diálogo y la coordinación entre los diferentes sectores y niveles de gobierno. La Agenda 2030 representa la gran hoja de ruta de las políticas públicas para España y debe generar un amplio consenso, ya que se cimenta en dos enfoques compartidos por todos los grupos políticos: la sostenibilidad y la equidad. La Agenda incorpora de manera prioritaria la perspectiva de los derechos de la infancia y supone una oportunidad para incidir en la máxima protección de todos los niños y las niñas, bajo la consigna de no dejar a nadie atrás.
"En todos los indicadores las chicas puntúan peor que los chicos, y los niveles de bienestar emocional empeoran a medida que aumenta la edad de manera mucho más evidente para ellas. Así, la distancia entre los sexos, mínima a los 12 años (en el orden de uno o dos puntos porcentuales), aumenta de forma espectacular con la edad hasta 15 puntos porcentuales. Estos trastornos se multiplican en las chicas por dos y hasta por tres, tanto que su incidencia a los 18 años supera en más del 50% el valor"
Para 2030, un objetivo a conseguir es potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.
La desigualdad de oportunidades se puede medir, por ejemplo, en términos de resultados educativos y, en este sentido, el estudio internacional denuncia que en todos los países de la OCDE a mayores niveles socioeconómicos 12 corresponden mejores resultados en competencias de lectura, escritura y matemáticas. En España, el nivel socioeconómico tiene un impacto menor en los resultados académicos que en el resto de los países, aunque las diferencias siguen elevadas y en aumento en los últimos diez años.
La Agenda 2030 no se podrá cumplir sin llegar a todos los niños y las niñas, especialmente, a aquellos en situación de vulnerabilidad de nuestra sociedad. Las medias nacionales y las estadísticas oficiales en ocasiones esconden grandes desigualdades y una profunda desventaja de algunos colectivos. Es necesario mejorar la recopilación (cantidad, calidad y frecuencia) de datos comparables a nivel internacional en todos los ámbitos del bienestar infantil relacionados con la Agenda del Desarrollo Sostenible. Especialmente en aquellos ámbitos donde no existen o son inadecuados, como, por ejemplo: violencia contra la infancia, el desarrollo en la primera infancia, los fenómenos migratorios o el género. Estos datos deberían poder desagregarse por género, nivel socioeconómico, origen étnico y discapacidad.
"Es necesario mejorar la recopilación (cantidad, calidad y frecuencia) de datos comparables a nivel internacional en todos los ámbitos del bienestar infantil relacionados con la Agenda del Desarrollo Sostenible. Especialmente en aquellos ámbitos donde no existen o son inadecuados, como, por ejemplo: violencia contra la infancia, el desarrollo en la primera infancia, los fenómenos migratorios o el género. Estos datos deberían poder desagregarse por género, nivel socioeconómico, origen étnico y discapacidad"
Para 2030, lograr el empleo pleno y productivo y garantizar un trabajo decente para todos los hombres y mujeres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
Según datos del estudio internacional, en 2014 España era el cuarto país de la OCDE con mayor número de niños y niñas viviendo en hogares en los que ninguna persona adulta trabaja; un 14,3%, más de cinco puntos por encima de la media. Si nos referimos a los datos de la Oficina Europea de Estadísticas - EUROSTAT, podemos apreciar la evolución de este dato. En este sentido, después de haber crecido mucho durante los años de la crisis (casi 9 puntos entre el 2007 y el 2013), este porcentaje ha empezado a reducirse en los últimos años (de un 14,1% en 2013 ha bajado al 10,9% en 2016). Aun así, sigue siendo muy elevado y algo superior a la media de la UE, posicionándose España en el puesto 21 de los 28 de la UE.
En definitiva, sus 169 metas impactan de manera directa o indirecta en el bienestar de la infancia y su implementación representa una clara apuesta por un modelo social y político que ponga en el centro a las niñas y niños.
Los ODS reconocen a las niñas y los niños como agentes de cambio y la Convención sobre los Derechos del Niño garantiza su derecho a la participación. Niñas, niños y jóvenes deben ser directamente interpelados e involucrados en la implementación y en el seguimiento de los ODS. La recopilación de datos sobre la percepción de la infancia y la construcción e indicadores de tipo subjetivo son un ejemplo de cómo consultar a la infancia y permite contar con una información absolutamente valiosa para alimentar políticas y prácticas virtuosas.
Los estados desarrollados no solo son responsables de sus propios progresos en términos de cumplimiento de la Agenda 2030, dentro de sus fronteras, sino también de cumplir con su compromiso y responsabilidad de cara a la sostenibilidad ambiental global y la ayuda para el desarrollo.
Las Cortes deben tener un papel protagónico en el seguimiento y la rendición de cuentas, y en la generación de consenso. En el Parlamento –órgano plural y con representación de todos los partidos- recaen las funciones legislativas, presupuestarias y de control, claves en la definición y seguimiento de las políticas dirigidas a los ODS. Es necesario, además, que se pongan en marcha mecanismos de participación de la sociedad civil, sector privado, gobiernos autonómicos y locales.
Puedes descargarte el informe en este enlace.