Aula de Derechos Humanos
12ª Sesión

CERMI Mujeres asegura que la invisibilidad de la violencia contra las mujeres con discapacidad procede de “actos naturalizados e interiorizados” por la sociedad


La Fundación CERMI Mujeres (FCM) ha asegurado que la invisibilidad de la violencia contra las mujeres con discapacidad procede de “actos naturalizados e interiorizados” por la sociedad como, por ejemplo, las incapacitaciones judiciales, las esterilizaciones forzadas, el maltrato en centros residenciales o en centros de salud, etc.
CERMI Mujeres asegura que la invisibilidad de la violencia contra las mujeres con discapacidad procede de “actos naturalizados e interiorizados” por la sociedad
CERMI Mujeres asegura que la invisibilidad de la violencia contra las mujeres con discapacidad procede de �actos naturalizados e interiorizados� por la sociedad

CERMI Mujeres asegura que la invisibilidad de la violencia contra las mujeres con discapacidad procede de “actos naturalizados e interiorizados” por la sociedadAsí lo ha manifestado la coordinadora de la entidad, Isabel Caballero, durante la duodécima sesión del Aula de Derechos Humanos de la Fundación CERMI Mujeres, con el objetivo de acercar al alumnado de esta sesión la realidad sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad desde una perspectiva interseccional de discapacidad y derechos humanos. Precisamente, esta sesión se ha celebrado en el mes en el que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre).

 

De esta manera, Caballero ha realizado una presentación que ha centrado la temática y ha desgranado el estado de situación, las características de la violencia desde un enfoque interseccional, así como las principales demandas del movimiento social de la discapacidad. En este sentido, ha declarado que “aunque la violencia física, los insultos y los tratos degradantes sean la punta del iceberg” existen ciertos “valores, mitos, prejuicios, estructuras sociales, políticas y económicas que están en la base y que son los que fundamentan la violencia, que apenas es perceptible”.

 

Según ha manifestado, la violencia de género es un fenómeno social característico de sociedades patriarcales que se deriva de la desigualdad de poder entre mujeres y hombres a diferencia de la discapacidad que, aunque también supone un fenómeno social, se deriva de la desigualdad de poder entre personas que la tienen y personas que no. De la misma manera, ha recordado que son ideológicas y aprendidas, que ambas son estructurales e institucionales y que “están en todas partes: chistes, bromas, publicidad, canciones o cuentos”.

 

En relación a los factores que inciden en que las mujeres con discapacidad se mantengan dentro del ciclo de la violencia, ha explicado que son “tanto externos como internos”. Los externos, según ha relatado Caballero, se refieren a barreras de comunicación, de movilidad, falta de accesibilidad a recursos y a información o a excusas por parte de la persona agresora de que ejercer el cuidado de quien tiene discapacidad o apoyarla en algunas tareas supone una sobrecarga de trabajo. “El argumento de la insensibilidad del dolor o de la mercancía dañada, así como creencias de inmunidad” también influyen en la violencia, ha asegurado.

 

Por otro lado, también se ha referido a los factores internos como la “autoculpabilización de las personas agredidas”, que hacen que buena parte de las mujeres con discapacidad sean víctimas de violencia, o la minimización de las consecuencias que la violencia tiene en ellas porque no le dan importancia y muchas de ellas “se niegan a tener derechos o ser titulares de los mismos”.

 

AMPLIACIÓN DEL CONCEPTO DE LA VIOLENCIA

 

Otra de las cuestiones que se han tratado durante la sesión ha sido la demanda de la Fundación CERMI Mujeres para ampliar el concepto de lo que se entiende por violencia contra las mujeres siguiendo las prescripciones normativas del Convenio de Estambul.

 

En este sentido, la coordinadora de la entidad ha recordado que el Ministerio de Igualdad ha abierto una consulta pública previa a la reforma de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género que, según la FCM, “permitirá visibilizar otras formas de violencias machistas contra las mujeres”.

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