Así lo ha manifestado la vicepresidenta ejecutiva de la entidad y vicepresidenta del Comité CEDAW, Ana Peláez, durante la decimotercera sesión del Aula de Derechos Humanos de la Fundación CERMI Mujeres, con el objetivo de indagar sobre cómo involucrar a la sociedad civil en el trabajo del Comité CEDAW.
“En breve, la guía estará disponible en nuestra página web”, ha anunciado Peláez quien, no obstante, ha aclarado que la guía no abordará el tema de las comunicaciones individuales en virtud del Protocolo Facultativo del Comité CEDAW.
Durante su intervención, Peláez ha realizado una presentación con información práctica en la que ha desgranado las distintas formas existentes de reportar al Comité CEDAW. Asimismo, Peláez ha explicado detalladamente la forma de trabajo del Comité CEDAW, su funcionamiento, composición y los mecanismos a través de los cuales posibilita la participación de la sociedad civil.
En primer lugar, y para entender cómo la sociedad civil puede involucrarse en el trabajo del Comité CEDAW, Peláez ha aludido a la obligación de los Estados parte a presentar un informe inicial sobre cómo hace efectivas las disposiciones de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que el Comité CEDAW tiene como misión supervisar.
Peláez ha recordado que, además de que el Comité CEDAW exprese sus preocupaciones y recomendaciones al Estado parte en forma de “observaciones finales”, de conformidad con el Protocolo Facultativo de la Convención, el Comité CEDAW tiene el mandato de “recibir comunicaciones de individuos o grupos de individuos que presentan reclamaciones al Comité de Violaciones de los Derechos Protegidos por la Convención".
En este sentido, ha mencionado como fórmulas que la sociedad posee para participar las intervenciones orales y los informes sombra, dos opciones válidas para implicarse en el trabajo del Comité CEDAW. “Es una herramienta que permite a la sociedad civil provocar cambios positivos que beneficien a las mujeres de todo el mundo. Se trata de cambios enfocados sobre todo a eliminar la discriminación, la violencia, la pobreza, y, en definitiva, a luchar por los derechos de las mujeres y niñas”, ha aseverado.
A lo largo de la sesión, que ha sido moderada por la coordinadora de la FCM, Isabel Caballero, Peláez ha puesto el foco en explicar de forma detallada los momentos clave en los que corresponde presentar un informe sombra o solicitar una intervención oral.
“El primer informe se enfoca a narrar, de forma genérica, los diferentes aspectos que conciernen al caso que se expone; mientras que en el segundo informe la sociedad civil puede proponer al Comité diferentes preguntas a realizar al Estado, y en este mismo se debe solicitar el derecho a la intervención oral si así se desea”, ha expuesto.
Respecto al tercer momento idóneo para la presentación de un informe sombra, la vicepresidenta ha afirmado que “es justo después de que el Estado responda a las preguntas planteadas, y en él se pueden hacer constar las recomendaciones pertinentes al Estado en el apartado de observaciones”.
“Existe un cuarto momento”, ha declarado Peláez que, según afirma, no se suele aprovechar mucho: “Se trata de la fase de seguimiento, es decir, cuando ya se han publicado las cuestiones, y da inicio el periodo de dos años que se concede a los Estados para responder”.
Por otro lado, Peláez también ha dedicado parte de su ponencia a mostrar las diferencias existentes entre el Comité CEDAW y el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD, por sus siglas en inglés). Al respecto, ha remarcado que la CRPD cuenta con mucha información relativa a las niñas y mujeres con discapacidad que envían las entidades, mientras que en el Comité CEDAW las cuestiones de colectivos desfavorecidos, como es el caso de las personas con discapacidad, se tratan de forma interseccional.
Por último, se ha abierto un turno de preguntas en el que se ha hecho hincapié en la necesidad de expandir a otros ámbitos la jurisprudencia del Comité CEDAW, ya que con ello se incita a los Estados a cumplir con los diferentes apartados de aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Finalmente, Peláez ha puesto énfasis en la importancia de reportar al Comité CEDAW las cuestiones que preocupan a la sociedad civil, siguiendo siempre las normas que se establecen: “El límite de 6.000 caracteres, el lenguaje pertinente, y los idiomas oficiales del Comité, que en este momento son el inglés, el francés y el español”.
También ha recomendado que los informes se centren en exponer “información específica, con datos oficiales contrastados y publicados” y ha afirmado que es “mucho mejor proponer modificaciones o supresiones al texto que añadidos”.
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