De modo que, Carmen Lafuente, que se había acogido a una plaza en el hospital de Bilbao tras aprobar el BIR, la formación sanitaria especializada para biólogos, bioquímicos y biotecnólogos, se encontraba con que no podía ejercer los derechos de su plaza debido a la discriminación que sufría por su discapacidad visual.
“Si me dejaron presentarme al BIR, tenían que darme una solución” así lo afirma Carmen Lafuente, actual bióloga del CSIC en una amplia crónica publicada en el número 467 del boletín ‘cermi.es semanal’. Según explica la investigadora, le produce tristeza “que el Ministerio le diera una negativa sin concederle oportunidad”.
En ese momento, y ante la conducta discriminatoria del Ministerio de Sanidad, Carmen Lafuente buscó el apoyo de la ONCE y del CERMI para luchar por su futuro. Gracias a su empuje, que nunca se resignó a la exclusión a la que trataban de someterla, y a la intervención de estas entidades, Carmen Lafuente pudo encontrar un hospital dispuesto a adaptar su puesto y acceder por fin a la plaza que había logrado en el BIR, en concreto en el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, a la que está muy agradecida por haber estado a la altura y haber acogido el desafío de gestionar la diversidad.
Finalmente, el proceso duró dos años hasta que le otorgaron la plaza BIR en el hospital, tiempo durante el cual, Carmen Lafuente, de espíritu inquieto, estudió un Máster en Comunicación Científica y opositó al Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC). De nuevo, Carmen Lafuente logró superar las pruebas de acceso y consiguió una plaza como investigadora.
“Me siento satisfecha porque, junto con ONCE y CERMI, logramos `dar la vuelta a la decisión de todo un Ministerio´ ha confesado en la crónica que se incluye en el boletín semanal del CERMI. Y, aunque, finalmente Carmen no haya disfrutado de la plaza de BIR en el hospital de Sevilla, tiene claro que su caso “abrirá puertas a otras personas con discapacidad que quieran acceder al BIR”.