Si eres una mujer con discapacidad víctima de violencia … ¿qué?

Este reportaje, siguiendo nuestro modelo legal, que establece una regulaci&oacute;n espec&iacute;fica en materia de violencia &ldquo;de g&eacute;nero&rdquo;, entendida &eacute;sta como la ejercida por los hombres sobre las mujeres cuando sean o hayan sido sus c&oacute;nyuges o est&eacute;n o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia, adem&aacute;s de hacer hincapi&eacute; en esta forma de violencia, incluye tambi&eacute;n orientaciones para aquellos otros casos de violencia que sufren las mujeres con discapacidad, que quedan fuera de la regulaci&oacute;n de la Ley Org&aacute;nica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci&oacute;n Integral contra la Violencia de G&eacute;nero. &ldquo;Violencia contra las mujeres es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga, o pueda tener como resultado un da&ntilde;o o sufrimiento f&iacute;sico, sexual o psicol&oacute;gico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacci&oacute;n o la privaci&oacute;n arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida p&uacute;blica o privada.&rdquo; Declaraci&oacute;n sobre la eliminaci&oacute;n de la violencia contra la mujer. Resoluci&oacute;n de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993&quot; Aunque la igualdad entre mujeres y hombres debe existir en todas las sociedades, todav&iacute;a existen desigualdades, siendo la m&aacute;s grave de ellas la violencia contra las mujeres. Esta violencia se manifiesta de diferentes formas: violencia en las relaciones de pareja (violencia de g&eacute;nero), violencia dom&eacute;stica, agresiones sexuales, trata de mujeres y ni&ntilde;as con fines de explotaci&oacute;n sexual, matrimonios forzados o mutilaci&oacute;n genital femenina. Algunas de estas violencias se dan en el &aacute;mbito privado y resulta complicado salir de ellas y cont&aacute;rselo a otras personas. Otras veces, estas violencias han sido tan cotidianas en el &aacute;mbito p&uacute;blico que ha tendido a normalizarlas. &quot;Aunque la igualdad entre mujeres y hombres debe existir en todas las sociedades, todav&iacute;a existen desigualdades, siendo la m&aacute;s grave de ellas la violencia contra las mujeres. Esta violencia se manifiesta de diferentes formas: violencia en las relaciones de pareja (violencia de g&eacute;nero), violencia dom&eacute;stica, agresiones sexuales, trata de mujeres y ni&ntilde;as con fines de explotaci&oacute;n sexual, matrimonios forzados, mutilaci&oacute;n genital femenina&quot; En cambio, ninguna violencia puede aceptarse y no pueden estar presentes en una sociedad igualitaria. Por ello, es necesario conocer sus caracter&iacute;sticas y algunas se&ntilde;ales de alarma, para saber reconocerlas, detectarlas y conseguir vivir libres de violencia contra las mujeres. Existen diversos tipos de violencia sobre las mujeres: - Violencia de g&eacute;nero: si un novio, ex novio, marido o ex marido es el maltratador. - Otras violencias contra las mujeres: si el maltrato viene de la mano de la persona cuidadora o alguna otra persona de la familia o con la cual existe convivencia. Formas de ejercer violencia &bull; Violencia f&iacute;sica (golpes, patadas, empujones, tirones de pelo, quemaduras de cigarros en tu cuerpo, intento de asfixia&hellip;). &bull; Tambi&eacute;n hay que unir a esto, la denominada violencia psicol&oacute;gica (insultos, ignorar la opini&oacute;n de las mujeres, aislamiento de familiares y amistades, burlas, gritos, amenazas) En el caso de las mujeres con discapacidad esta violencia puede concretarse en ciertas acciones u omisiones que pueden pasar desapercibidas si el entorno o las y los profesionales en la materia cuentan con el entrenamiento necesario para identificarlas. As&iacute; ocurre cuando las mujer con discapacidad necesita de otra persona para realizar las actividades de la vida diaria y esa persona no la atiende como necesita: no tiene tu ropa limpia, no se preocupa de tu comida y bebida, de tu higiene corporal&hellip;) Tambi&eacute;n se ejerce maltrato a trav&eacute;s de la administraci&oacute;n de tratamientos m&eacute;dicos innecesarios o, al contario, cuando se le priva intencionadamente a la mujer de aquella medina que s&iacute; le ha sido prescrita. Otra forma de violencia muy concreta, es que no le dejen utilizar sus ayudas t&eacute;cnicas cuando ella quiera (por ejemplo, una silla de ruedas o un aud&iacute;fono). &bull; Tambi&eacute;n hay que tener presente la existencia de violencia econ&oacute;mica, que se produce cuando la mujer se ve privada de dinero para tus gastos o gastos comunes de la casa, aunque tenga dinero para otras cosas. Es frecuente que ese dinero que no pueden gestionar provenga de ingresos que ellas mismas perciben en concepto de pensi&oacute;n. Tambi&eacute;n el control sobre el dinero es una forma de violencia. &bull; La violencia sexual, por su parte, se produce en aquellos casos en los que la mujer se ve obligada a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento, o cuando ha mantenido relaciones sexuales sin desearlo porque ten&iacute;a miedo a las consecuencias de si se negaba a ello. Tambi&eacute;n existe violencia cuando se utilizado la fuerza o la violencia para mantener relaciones sexuales. Conceptualizaci&oacute;n y regulaci&oacute;n legal A la hora de hablar de violencia contra las mujeres, el ordenamiento jur&iacute;dico espa&ntilde;ol, establece en su Ley Org&aacute;nica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci&oacute;n Integral contra la Violencia de G&eacute;nero una definici&oacute;n muy estricta acerca de lo que debe entenderse por violencia de g&eacute;nero. As&iacute;, el art&iacute;culo 1 se&ntilde;ala que la presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestaci&oacute;n de la discriminaci&oacute;n, la situaci&oacute;n de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre &eacute;stas por parte de quienes sean o hayan sido sus c&oacute;nyuges o de quienes est&eacute;n o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. La violencia de g&eacute;nero comprende todo acto de violencia f&iacute;sica y psicol&oacute;gica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privaci&oacute;n arbitraria de libertad. Adem&aacute;s la ley establece medidas de protecci&oacute;n integral cuya finalidad es prevenir, sancionar y erradicar esta violencia y prestar asistencia a sus v&iacute;ctimas. Por lo tanto, en este punto, se baraja un concepto de violencia de g&eacute;nero restringido si se compara con la definici&oacute;n contenida en la &ldquo;Declaraci&oacute;n sobre la eliminaci&oacute;n de la violencia contra la mujer&rdquo;, aprobada por Resoluci&oacute;n de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993, que literalmente recoge lo siguiente: &ldquo;Violencia contra las mujeres es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga, o pueda tener como resultado un da&ntilde;o o sufrimiento f&iacute;sico, sexual o psicol&oacute;gico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacci&oacute;n o la privaci&oacute;n arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida p&uacute;blica o privada&rdquo;. M&aacute;s espec&iacute;ficamente, la Recomendaci&oacute;n general N&deg; 19 del Comit&eacute; para la Eliminaci&oacute;n de la Discriminaci&oacute;n contra la mujer, establece que la violencia contra las mujeres por motivos de g&eacute;nero es &ldquo;la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada. Incluye actos que infligen da&ntilde;os o sufrimientos de &iacute;ndole f&iacute;sica, mental o sexual, amenazas de cometer esos actos, coacci&oacute;n y otras formas de privaci&oacute;n de la libertad&quot;. &quot;La violencia contra la mujer, que menoscaba o anula el goce sus derechos humanos y sus libertades fundamentales en virtud del derecho internacional o de los diversos convenios de derechos humanos, constituye discriminaci&oacute;n, como la define el art&iacute;culo 1 de la Convenci&oacute;n.&rdquo; Por su parte, el Convenio del Consejo de Europa sobre prevenci&oacute;n y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia dom&eacute;stica, aprobado en Estambul y ratificado por Espa&ntilde;a en el 2011, establece como uno de sus objetivos proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia, y prevenir, perseguir y eliminar la violencia contra la mujer y la violencia dom&eacute;stica. Naciones Unidas tiene su propia clasificaci&oacute;n sobre violencia contra las mujeres: 1. Violencia contra las mujeres dentro de las familias: &bull; En la pareja: violencia f&iacute;sica, ps&iacute;quica, sexual. &bull; Pr&aacute;cticas tradicionales nocivas: infanticidio, ablaci&oacute;n o mutilaci&oacute;n genital, preferencia por hijos varones, matrimonio precoz y/o forzado, exigencia de la dote, cr&iacute;menes por honor, pr&aacute;cticas nocivas con mujeres de edad o viudedad. 2. Violencia contra las mujeres en la Comunidad: &bull; Femicidio &bull; Violencia sexual infligida fuera de la pareja &bull; Acoso sexual y violencia en el lugar de trabajo, en las instituciones educativas y en los deportes &bull; Trata de mujeres 3. Violencia contra las mujeres cometidas o toleradas por el Estado (a trav&eacute;s de agentes o pol&iacute;ticas p&uacute;blicas); &bull; Privaci&oacute;n de libertad &bull; Esterilizaci&oacute;n forzada 4. Violencia contra la Mujer en conflictos armados: &bull; Violencia f&iacute;sica, ps&iacute;quica o sexual. 5. Violencia contra la Mujer y discriminaci&oacute;n m&uacute;ltiple: &bull; Factores como: la raza, origen &eacute;tnico, casta, clase, condici&oacute;n migrante o refugiada, edad, religi&oacute;n, orientaci&oacute;n sexual, estado matrimonial, discapacidad, condici&oacute;n VIH, etc. Volviendo a la regulaci&oacute;n de la violencia contra las mujeres en nuestro pa&iacute;s, encontramos que, a efectos legales, hay que distinguir entre &ldquo;violencia de g&eacute;nero&rdquo;, regulada por la Ley Org&aacute;nica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci&oacute;n Integral contra la Violencia de G&eacute;nero, y otras formas de violencia, como por ejemplo, la violencia familiar, donde se tienen en cuenta los v&iacute;nculos familiares primarios existentes, mientras que la violencia dom&eacute;stica admite la presencia de grados de parentesco secundarios o incluso entre personas que no son familia, pero que comparten vivienda. En este &uacute;ltimo caso hablamos de violencia dom&eacute;stica cuando los actos violentos se comenten en el &aacute;mbito del hogar, el &ldquo;domus&rdquo;. La violencia dom&eacute;stica se encuentra regulada por la Ley Org&aacute;nica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Org&aacute;nica 10/1995, de 23 de noviembre, del C&oacute;digo Penal y por la Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protecci&oacute;n de las v&iacute;ctimas de la violencia dom&eacute;stica. Asimismo, hay otros supuestos delictivos como pueden ser los delitos contra la libertad sexual que se encuentran regulados por el C&oacute;digo penal, y que tienen especial relevancia, por el hecho de que se tratan de tipos penales en los que las mujeres aparecen como v&iacute;ctimas en numerosas ocasiones. El ciclo de la violencia de g&eacute;nero Es importante conocer el &ldquo;ciclo de la violencia de g&eacute;nero&rdquo;, que explica c&oacute;mo suelen ser las relaciones de malos tratos en la pareja: - Fase 1: acumulaci&oacute;n de tensi&oacute;n. El maltratador tiene cualquier motivo para discutir. Adem&aacute;s, puede tratar de controlar nuestras amistades o decirnos qu&eacute; ropa llevar. Puede haber insultos, humillaciones, menosprecios. La tensi&oacute;n se va acumulando y aumentando, as&iacute; como la agresividad del agresor. - Fase 2: estallido de la tensi&oacute;n. Se producen agresiones verbales, psicol&oacute;gicas, sexuales y/o f&iacute;sicas. - Fase 3: &ldquo;luna de miel&rdquo; o de arrepentimiento. El agresor se muestra arrepentido, pide perd&oacute;n y promete que nunca m&aacute;s volver&aacute; a ocurrir. Se llama &ldquo;luna de miel&rdquo; porque &eacute;l empieza a ser cari&ntilde;oso y amable. Muchas veces creemos en sus promesas y, a veces, le damos otra oportunidad. En cambio, hay que tener cuidado porque, pasado un tiempo, en las relaciones de violencia de g&eacute;nero se vuelve a la fase 1 y posteriormente a las fases 2 y 3. &quot;En el caso de las mujeres con discapacidad, la violencia de g&eacute;nero, opera como en cualquier otra mujer. Quiz&aacute; las formas de ejercer violencia pueden ser distintas, y se vean agravadas por el hecho de tener una discapacidad. La idea que maneja el agresor de que la mujer es en s&iacute; misma un ser inferior y de su propiedad, se produce igualmente cuando la v&iacute;ctima presenta una discapacidad&quot; En el caso de las mujeres con discapacidad, la violencia de g&eacute;nero, opera como en cualquier otra mujer. Quiz&aacute; las formas de ejercer violencia pueden ser distintas, y se vean agravadas por el hecho de tener una discapacidad. La idea que maneja el agresor de que la mujer es en s&iacute; misma un ser inferior y de su propiedad, se produce igualmente cuando la v&iacute;ctima presenta una discapacidad. &iquest;Qu&eacute; puede hacer una mujer con discapacidad maltratada? - En casos de violencia de g&eacute;nero, existen tel&eacute;fonos a los que dirigirse para obtener informaci&oacute;n, ser atendida en casos de emergencia y poder a denunciar. Los n&uacute;meros disponibles son el 112 y el 016. Para ser atendida en lengua de signos, se puede entrar en contacto con el 016 a trav&eacute;s del sistema SVISUAL: http://www.svisual.org. Escribir un correo electr&oacute;nico a 016-online@msssi.es - En caso de que el maltrato venga de parte de una persona cuidadora, un asistente personal o un/a familiar que no sea el c&oacute;nyuge, se puede entrar en contacto con la &ldquo;Oficina de Atenci&oacute;n a V&iacute;ctimas de Delitos&rdquo; m&aacute;s cercana y que se pueden encontrar en este enlace. - Para obtener informaci&oacute;n general sobre cualquier forma de violencia (de g&eacute;nero, dom&eacute;stica o sexual) o si se desea trasladar alg&uacute;n tipo de informaci&oacute;n: atencionfamiliaymujer@policia.es - Se aconseja a las mujeres que avisen a alguien de confianza para que las acompa&ntilde;e. Puede ser, por ejemplo, alguien de la asociaci&oacute;n de discapacidad, si participa en alguna. - Otro consejo es acudir al centro de salud u hospital que est&eacute; m&aacute;s cercano, para que realicen un reconocimiento m&eacute;dico. En caso de agresiones sexuales es necesario contarlo para que la revisi&oacute;n sea m&aacute;s completa. - Hay que narrar lo sucedido al personal sanitario, se&ntilde;alando las agresiones de las que se hs sido v&iacute;ctima. - Tambi&eacute;n es necesario solicitar un parte de lesiones. - En caso de que la mujer sea ciega, las y los profesionales deben leerle lo recogido en dicho parte. Si tiene una discapacidad intelectual habr&aacute; que explicar claramente lo el contenido del parte de lesiones. &iquest;C&oacute;mo interponer una denuncia? En la denuncia de la violencia que has sufrido hay que solicitar la asistencia de un/a abogado/a, por Justicia Gratuita, a trav&eacute;s del turno de oficio. La denuncia puede presentarse en varios lugares, en las dependencias policiales, de la Guardia Civil, en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer o en el Juzgado de Guardia de tu localidad. Cuando se presenta la denuncia la mujer debe realizar un relato detallado de lo ocurrido, el lugar, el d&iacute;a, la hora, todos los datos son muy importantes. Adem&aacute;s hay que informar si se ha sido v&iacute;ctima de maltrato anteriormente y se present&oacute; tambi&eacute;n denuncia en esa ocasi&oacute;n. Asimismo, hay que informar si los/as hijos/as han sido v&iacute;ctimas de maltrato o si se encuentran en una situaci&oacute;n de riesgo. Con la denuncia pasa igual que con el parte de lesiones, es necesario tener una copia para leerla. En caso de que la mujer no sepa o no pueda leer, es necesario que las/os profesionales le expliquen con detalle el contenido de la misma. Es un derecho recogido en la ley. Debe, adem&aacute;s, ofrecerse informaci&oacute;n sobre las &oacute;rdenes de protecci&oacute;n y, en su caso, solicitarla. Estas &oacute;rdenes de protecci&oacute;n puede solicitarse en el Juzgado, la Fiscal&iacute;a, la Polic&iacute;a, la Guardia Civil, las Oficinas de atenci&oacute;n a la v&iacute;ctima o en los servicios de orientaci&oacute;n jur&iacute;dica de los Colegios de Abogados. Una vez puesta la denuncia empieza un procedimiento judicial ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Cualquier persona que tenga conocimiento de un caso de maltrato puede denunciarlo (los servicios sociales, servicios de salud, un miembro de la familia, una persona conocida, en fin, cualquier ciudadano/a). Si se solicita una orden de protecci&oacute;n, el o la juez va recibir&aacute; a la mujer y al agresor &ndash;por separado- en un plazo de 72 horas y una vez escuchadas ambas partes puede decidir varias cosas: &bull; Adoptar medidas civiles: uso y disfrute de la vivienda, r&eacute;gimen de custodia, visitas y comunicaci&oacute;n con los hijos e hijas, prestaci&oacute;n de alimentos y protecci&oacute;n de los/as menores. Tienen una duraci&oacute;n de 30 d&iacute;as y hay que solicitarlas expresamente. &bull; Adopci&oacute;n de medidas penales: destinadas a evitar que el agresor pueda ponerse en contacto con la mujer y evitar as&iacute; nuevas agresiones. Entre ellas, est&aacute; la prisi&oacute;n provisional, la orden de alejamiento, la prohibici&oacute;n de comunicaci&oacute;n, la prohibici&oacute;n de residir o acudir al lugar donde se produjo el delito o residencia de la v&iacute;ctima, la retirada de armas y otros objetos peligrosos. &bull; Adopci&oacute;n de medidas de asistencia y protecci&oacute;n social: servicios destinados a ofrecerte asistencia y atenci&oacute;n psicol&oacute;gica, jur&iacute;dica o social, que permitir&aacute;n a la mujer solicitar ayudas econ&oacute;micas o el ingreso en los servicios integrales de atenci&oacute;n y acogimiento a las mujeres v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero y menores a su cargo que la acompa&ntilde;en. Si una mujer se encuentra en su casa y considera que corre peligro, debe llamar inmediatamente a la Polic&iacute;a y abandonar el domicilio familiar sin perder derechos, siempre que en un plazo de 30 d&iacute;as interponga denuncia o la demanda de separaci&oacute;n. Derechos Las v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero tienen derecho a la asistencia jur&iacute;dica gratuita una vez interpuesta la denuncia. Asimismo tienen ese derecho las v&iacute;ctimas de otro tipo de violencia las y los menores de edad y las personas con discapacidad ps&iacute;quica tambi&eacute;n tienen derecho a tener asistencia jur&iacute;dica gratuita cuando sean v&iacute;ctimas de situaciones de abuso o maltrato (Ley 1/1996, de 10 de enero, de Asistencia Jur&iacute;dica Gratuita). Si se es v&iacute;ctima de violencia de g&eacute;nero, la Ley Org&aacute;nica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci&oacute;n Integral contra la Violencia de G&eacute;nero establece que todos los derechos que reconoce deben aplicarse a todas las mujeres, sin excepci&oacute;n. Esto significa que todos los derechos reconocidos en esta Ley son tambi&eacute;n los derechos de las mujeres con discapacidad. Art&iacute;culo 17. 1 establece la garant&iacute;a de que los derechos reconocidos en esta Ley se apliquen sobre todas las mujeres v&iacute;ctimas de la violencia de g&eacute;nero con independencia de &ldquo;cualquier otra condici&oacute;n o circunstancia personal o social&rdquo;. &quot;Toda la informaci&oacute;n sobre derechos y recursos disponibles deben ofrecerse en formato accesible y comprensible, utilizando, por ejemplo, la lengua de signos u otras formas de comunicaci&oacute;n, a trav&eacute;s de s&iacute;mbolos, gr&aacute;ficos (fotograf&iacute;as, dibujos, pictogramas, palabras o letras) y tambi&eacute;n a trav&eacute;s de la m&iacute;mica, los gestos y o usando recursos tecnol&oacute;gicos&quot; Asimismo, todas las campa&ntilde;as que se realicen para concienciar contra la violencia de g&eacute;nero deben ser plenamente accesibles. Art&iacute;culo 3. 3 del T&iacute;tulo I de la Ley Integral de medidas contra la violencia de g&eacute;nero, en el que se abordan las medidas de sensibilizaci&oacute;n, prevenci&oacute;n y detecci&oacute;n, establece la necesidad de que las campa&ntilde;as de informaci&oacute;n y sensibilizaci&oacute;n contra la violencia de g&eacute;nero se realicen de manera que se garantice el acceso a las mismas de las personas con discapacidad. Toda la informaci&oacute;n sobre derechos y recursos disponibles deben ofrecerse en formato accesible y comprensible, utilizando, por ejemplo, la lengua de signos u otras formas de comunicaci&oacute;n, a trav&eacute;s de s&iacute;mbolos, gr&aacute;ficos (fotograf&iacute;as, dibujos, pictogramas, palabras o letras) y tambi&eacute;n a trav&eacute;s de la m&iacute;mica, los gestos y o usando recursos tecnol&oacute;gicos. (Art&iacute;culo 18. 2 del T&iacute;tulo II, derechos de las mujeres v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero, se debe garantizar a trav&eacute;s de los medios necesarios, que las mujeres con discapacidad v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero tengan acceso integral a la informaci&oacute;n sobre sus derechos y sobre los recursos existentes. Seg&uacute;n la literalidad de este art&iacute;culo, &ldquo;esta informaci&oacute;n deber&aacute; ofrecerse en formato accesible y comprensible a las personas con discapacidad, tales como lengua de signos u otras modalidades u opciones de comunicaci&oacute;n, incluidos los sistemas alternativos y aumentativos&rdquo;). La ley tambi&eacute;n establece que las mujeres con discapacidad reconocida v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero que carezcan de rentas superiores al 75 por 100 del salario m&iacute;nimo interprofesional, en c&oacute;mputo mensual, y cuando se den determinadas circunstancias que hagan especialmente dif&iacute;cil para ellas conseguir un empleo, tienen derecho a recibir una ayuda de pago &uacute;nico equivalente a doce meses de subsidio por desempleo. En estos casos la ayuda podr&aacute; llegar a un periodo equivalente a dieciocho meses o a veinticuatro (Art&iacute;culo 27 de la Ley Integral parten de una distinci&oacute;n en funci&oacute;n de si la persona beneficiar&iacute;a tiene o no una discapacidad. As&iacute;, se establece una ayuda de pago &uacute;nico equivalente a seis meses de subsidio por desempleo, o doce meses para el caso de mujeres con una discapacidad superior al 33%). Si se es v&iacute;ctima de cualquier forma de violencia el art. 4 de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la v&iacute;ctima del delito establece que todas las comunicaciones que te realicen, orales o escritas, deben hacerse en un lenguaje claro, sencillo y accesible, teniendo en cuenta tus caracter&iacute;sticas personales y, especialmente, las necesidades que puedas tener por raz&oacute;n de tu discapacidad, ya sea sensorial, intelectual o mental. Tambi&eacute;n tienes derecho a contar con todos los apoyos necesarios (art. 4). Los y las Jueces, Tribunales, Fiscales y las dem&aacute;s autoridades y personas encargadas de la investigaci&oacute;n penal deber&aacute;n proteger la intimidad de la mujer y la sus familiares. Deber&aacute;n tambi&eacute;n impedir que salga a la luz cualquier informaci&oacute;n que pueda facilitar tu identificaci&oacute;n. (art&iacute;culo 22 de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la v&iacute;ctima del delito). Adem&aacute;s, se podr&aacute;n establecer medidas especiales para proteger a la mujer teniendo siempre en cuenta su opini&oacute;n (art&iacute;culo 23 y 24 de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la v&iacute;ctima del delito). Las Oficinas de Asistencia a las V&iacute;ctimas deben poner a la disposici&oacute;n de la mujer los servicios de apoyo necesarios sin que sea obligatorio que se haya presentado previamente la denuncia (art&iacute;culo 28 de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la v&iacute;ctima del delito). Las personas profesionales que trabajan en cuestiones relacionadas con la violencia de g&eacute;nero deben tener formaci&oacute;n adecuada que incluya tambi&eacute;n la situaci&oacute;n concreta de las mujeres con discapacidad (art&iacute;culo 30 de la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la v&iacute;ctima del delito). La violencia contra las mujeres con discapacidad en Espa&ntilde;a. Estado de la cuesti&oacute;n La &uacute;ltima Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 publicada por la Delegaci&oacute;n del Gobierno para la Violencia de G&eacute;nero ofrece por vez primera un examen exhaustivo de la situaci&oacute;n que sufren las mujeres con discapacidad en materia de violencia machista Esta Macroencuesta pone de manifiesto que las mujeres con discapacidad se hallan m&aacute;s expuestas a este tipo de violencia, como prueba el hecho de que el 16.1% de las mujeres de 16 y m&aacute;s a&ntilde;os con discapacidad acreditada igual o superior al 33% ha sufrido violencia f&iacute;sica por parte de laguna pareja o expareja en alg&uacute;n momento de su vida, frente al 10% de las mujeres que no tienen discapacidad. &quot;El 14.1% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia sexual cometida por sus parejas o exparejas a diferencia de las mujeres sin discapacidad entre las que este dato desciende 7.8%&quot; El 14.1% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia sexual cometida por sus parejas o exparejas a diferencia de las mujeres sin discapacidad entre las que este dato desciende 7.8%. En relaci&oacute;n a la denominada violencia de control, el 29.5 % de las mujeres con discapacidad han sido v&iacute;ctimas de este tipo de violencia, frente al 25.2% de las que no tienen discapacidad. Con respecto a la violencia psicol&oacute;gica emocional, un 30.3.8% de las mujeres con discapacidad reconocen haber estado expuestas a este tipo de comportamientos, mientras que el porcentaje desciende al 21,5% en el caso de las mujeres sin discapacidad. Asimismo, llama la atenci&oacute;n que el 19.1% de las mujeres con discapacidad reconoce haber sentido miedo de su pareja o expareja. Este mismo dato para mujeres sin discapacidad es del 12,6%. El dato referido a la violencia econ&oacute;mica muestra que un 17,7% de las mujeres con discapacidad ha sufrido este tipo de violencia por parte de su pareja o expareja. En el caso de las mujeres sin discapacidad, el porcentaje desciende al 10.4%. Resulta muy interesante la informaci&oacute;n que ofrece la Macroencuesta acerca de la percepci&oacute;n subjetiva del estado de salud de las mujeres con discapacidad sometidas a maltrato reciente. En estos casos, el 21.3% de las mujeres con discapacidad que no han sufrido violencia considera que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente al 11% de mujeres que s&iacute; han sufrido violencia reciente. Por otro lado, el porcentaje de mujeres con discapacidad que ha sufrido violencia de g&eacute;nero y que no ha denunciado los hechos a la polic&iacute;a asciende a 64.8%, un poco menos que el porcentaje de mujeres sin discapacidad, que es del 65.1%, por lo que no se aprecian en este punto diferencias sustanciales. Las tres principales causas alegadas para no denunciar, y que se comparten con las mujeres sin discapacidad, han sido la poca importancia dada a lo sucedido, el miedo y la verg&uuml;enza. Asimismo, las mujeres con y sin discapacidad coinciden en el tipo de apoyo que necesitan, fundamentalmente atenci&oacute;n psicol&oacute;gica, as&iacute; como ayudas econ&oacute;micas y asistencia jur&iacute;dica. En cuanto al apoyo informal recibido por las mujeres v&iacute;ctimas de violencia de g&eacute;nero, tanto con discapacidad como sin ella, en la mayor&iacute;a de los casos fue prestado por las amigas, las madres y hermanas. En cambio, s&iacute; se observan diferencias en cuanto al consejo que reciben de romper o no la relaci&oacute;n por parte del alg&uacute;n familiar si la mujer tiene o no discapacidad. En concreto, el 68.8% las mujeres con discapacidad reciben este consejo frente al 81.7% de las mujeres sin discapacidad. En este sentido, la Macroencuesta muestra que el 64.5% de las mujeres con discapacidad ha dejado la relaci&oacute;n debido a la violencia ejercida contra ella por su pareja. Este porcentaje es del 67.9% para las mujeres sin discapacidad. Finalmente, el estudio de la Delegaci&oacute;n del Gobierno para la Violencia de G&eacute;nero se&ntilde;ala que la prevalencia de la violencia f&iacute;sica fuera de la pareja a lo largo de toda su vida, es del 15.4% mientras que el porcentaje para las que no tienen discapacidad es del 11.4%. La situaci&oacute;n de desventaja en este &aacute;mbito es m&aacute;s que patente para el caso de las mujeres con discapacidad, que sufren m&aacute;s violencia f&iacute;sica severa que las mujeres sin discapacidad (el 3.9% frente al 2.4%). &quot;Como puede verse claramente existe una tendencia constante en las estad&iacute;sticas que fija en aproximadamente el diez por ciento las mujeres con discapacidad asesinadas por violencia de g&eacute;nero cada a&ntilde;o en nuestro pa&iacute;s&quot; Adem&aacute;s, la relaci&oacute;n que une a la v&iacute;ctima con el agresor en los casos de las mujeres con discapacidad es en un mayor n&uacute;mero de casos, alguna persona de su entorno familiar. En los casos de violencia sexual contra mujeres con discapacidad, un 4.6% informa que el agresor era alguna persona conocida. Este porcentaje desciende al 3% en el caso de las mujeres sin discapacidad. Por su parte, y de acuerdo con el Bolet&iacute;n Estad&iacute;stico Anual del a&ntilde;o 2014 de esa misma Delegaci&oacute;n, de las 54 mujeres asesinadas por violencia de g&eacute;nero en el a&ntilde;o 2014, el 7,4 por ciento, o lo que es lo mismo 4 mujeres, ten&iacute;an alg&uacute;n tipo de discapacidad o dependencia reconocidas. En el a&ntilde;o 2013, de las 54 v&iacute;ctimas mortales por violencia de g&eacute;nero, 5 eran mujeres con discapacidad. En el 2012, el total de mujeres asesinadas ascendi&oacute; a 52, siendo el 13,5 por ciento del total, es decir 7 mujeres en total, mujeres con discapacidad reconocida. Como puede verse claramente existe una tendencia constante en las estad&iacute;sticas que fija en aproximadamente el diez por ciento las mujeres con discapacidad asesinadas por violencia de g&eacute;nero cada a&ntilde;o en nuestro pa&iacute;s. Todas estas cifras hacen referencia a mujeres con discapacidad reconocida. Se barajan, sin embargo, cifras mucho m&aacute;s altas si se tiene en cuenta que no todas las mujeres con discapacidad cuentan con un certificado acreditativo de dicha situaci&oacute;n. A esto habr&iacute;a que sumar a aquellas mujeres que adquieren una discapacidad como consecuencia precisamente de las situaciones de violencia sufridas.

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