El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha evidenciado las barreras específicas a las que se enfrentan las mujeres y niñas con discapacidad que residen en el entorno rural. Así lo ha explicado este viernes la presidenta de Fundación CERMI Mujeres y CEMUDIS, Marta Valencia, durante la ponencia que ha impartido en el marco del XVI Congreso de CERMIS Autonómicos, celebrado en Valladolid.
Bajo el lema “La sostenibilidad social de las personas con discapacidad en el entorno rural”, la cita, organizada por CERMI Castilla y León junto al CERMI Estatal, y con el apoyo de la Junta de Castilla y León, coincide con la celebración del 25 aniversario de CERMI.
Valencia ha explicado que la discriminación a la que se enfrentan las mujeres y niñas con discapacidad es interseccional, lo que repercute en una “mayor vulnerabilidad”. “Tenemos problemas para que se reconozcan nuestros derechos y también para el ejercicio de los mismos”, ha declarado en su intervención.
Entre los factores que determinan esa vulnerabilidad, se encuentran el hecho de que sufran más tipos de violencia, como la ejercida contra las mujeres, la institucional o la que tiene lugar en el entorno laboral; su diferente fuerza física o la negación para desarrollar determinados roles femeninos, como el de la maternidad, a través de la esterilización forzada.
En el caso del entorno rural, existen factores añadidos como la dificultad de acceso a los medios de transportes públicos y a los recursos sanitarios y contra la violencia, o la menor presencia del sector servicios como generador de empleo, donde se concentran la mayor parte de los puestos de trabajo a los que acceden las personas con discapacidad.
En este sentido, tal y como ha explicado, “vivir y trabar en el medio rural tiene que ser una libertad de elección”. Por ello, ha dicho, es necesario trabajar en el empoderamiento de las mujeres y niñas con discapacidad, reconocer el trabajo de los cuidados, fomentar la autonomía económica y la educación inclusiva, mejorar la participación social y comunitaria y fomentar el asociacionismo, entre otras medidas.
“No somos un grupo heterogéneo, sino que tenemos cada una sus características y nuestras desigualdades”, ha asegurado Valencia, que ha defendido la necesidad de reivindicar las necesidades específicas y trabajar para que los servicios comunitarios exclusivos de las mujeres y niñas, como los de salud sexual y reproductiva, tengan una accesibilidad universal.
Por otro lado, la también presidenta de CEMUDIS ha lamentado la práctica inexistencia de estudios específicos sobre mujeres y niñas con discapacidad, y ha reclamado que la investigación incluya esta doble perspectiva y la de género “porque lo que no se ve, no existe”.
Valencia ha concluido su intervención analizando cómo la pandemia de la Covid-19 y, en concreto, el confinamiento de marzo de 2020 afectó a estas mujeres y niñas. En este sentido, ha mencionado la mayor brecha digital abierta, la creciente dependencia de los cuidadores y la menor posibilidad de denunciar la violencia, entre otros aspectos de relevancia.
La jornada ha contado asimismo con una mesa redonda en torno a experiencias relacionadas con el turismo inclusivo en el territorio. Moderada por Angélica Merino, ha contado con la participación de la secretaria general del CERMI Illes Balears, Mari Carmen Soler; el secretario General del CERMI Melilla, Carlos Alberto Gordillo Ripoll, y el presidente del CERMI Comunidad de Madrid, Óscar Moral.
En este debate se ha puesto de manifiesto la necesidad de que las administraciones cuenten con el movimiento asociativo de la discapacidad para poner en marcha medidas de accesibilidad, así como las acciones que se han llevado a cabo en las distintas regiones que han participado.