Serie webinarios ‘No estás sola’

El pasado d&iacute;a 3 de junio se abord&oacute; el tema de la consideraci&oacute;n de la discapacidad y del g&eacute;nero en las medidas de desescalada. En esta ocasi&oacute;n, la enviada especial del secretario general sobre Discapacidad y Accesibilidad de Naciones Unidas, Mar&iacute;a Soledad Cisternas, exigi&oacute; a los Estados que, en el dise&ntilde;o de las pol&iacute;ticas de desescalada y de avance hacia la nueva normalidad, tengan en cuenta a las mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad, ya que la Convenci&oacute;n Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad &ldquo;sigue vigente y no se suspende por la irrupci&oacute;n de la pandemia&rdquo;. &ldquo;La Convenci&oacute;n Internacional de la Discapacidad no es ret&oacute;rica ni literatura, sino que es nuestro escudo para seguir avanzando y exigiendo el cumplimiento de nuestros derechos&rdquo;, declar&oacute; Soledad Cisternas, quien pidi&oacute; que los poderes p&uacute;blicos impulsen la participaci&oacute;n de las mujeres con discapacidad. &ldquo;La participaci&oacute;n debe ser efectiva, lo que significa que todo el sistema p&uacute;blico-pol&iacute;tico debe ser accesible, incluidos ajustes razonables y apoyos necesarios&rdquo;, remach&oacute;. La enviada especial del secretario general sobre Discapacidad y Accesibilidad de la ONU advirti&oacute; de perjuicios en la salud mental por el confinamiento, as&iacute; como dificultades en la empleabilidad de las mujeres con discapacidad, para lo que ha pedido medidas de &ldquo;apoyo econ&oacute;mico&rdquo;. Tambi&eacute;n plante&oacute; que, en el dise&ntilde;o del regreso a los centros educativos, no se opte por que las personas con discapacidad utilicen, por sistema, medios telem&aacute;ticos, ya que tambi&eacute;n &ldquo;necesitan de la presencia f&iacute;sica junto al resto del alumnado&rdquo;. Otras claves aportadas por Soledad Cisternas son el impulso del empoderamiento de la poblaci&oacute;n femenina con discapacidad y que participen cada vez m&aacute;s en las organizaciones de mujeres con discapacidad. &ldquo;Tenemos que concentrar las fuerzas de todas las mujeres participando en las organizaciones de la sociedad civil para que estemos reconocidas en las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas&rdquo;, sentenci&oacute;. Por otro lado, Susana Camarero, experta independiente y exsecretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, manifest&oacute; que &ldquo;necesitamos una vacuna contra la desigualdad, porque siempre somos las mujeres las que nos quedamos en la cuneta&rdquo;, por lo que ha urgido a que las mujeres con discapacidad est&eacute;n en el &ldquo;centro&rdquo; en la desescalada. Al mismo tiempo, pidi&oacute; garantizar la atenci&oacute;n sanitaria a todas las personas con discapacidad; seguir reforzando la lucha contra la violencia machista, a la que &ldquo;est&aacute;n m&aacute;s expuestas&rdquo; las mujeres con discapacidad; combatir contra la brecha digital y contra las barreras de acceso a la justicia, y reforzar las medidas de conciliaci&oacute;n familiar. Para avanzar en esta l&iacute;nea, puso en valor la labor del tercer sector de acci&oacute;n social, &ldquo;ya que sois los que conoc&eacute;is realmente las necesidades, y lo estamos viendo ahora en la Comisi&oacute;n para la Reconstrucci&oacute;n&rdquo;. &ldquo;Hay que impedir que en esta crisis las mujeres con discapacidad sean las grandes sacrificadas. Tenemos que construir una sociedad que se centre en la justicia, la igualdad y la inclusi&oacute;n&rdquo;, apostill&oacute; Camarero. Por su parte, Celeste Mariner, directora de Salud Mental Espa&ntilde;a, dijo que &ldquo;se debe tener presente la gran desigualdad de la que part&iacute;an ya antes de la pandemia las mujeres con discapacidad&rdquo;, y expres&oacute; su &ldquo;preocupaci&oacute;n&rdquo; por las situaciones de violencia que podr&iacute;an estar sufriendo las mujeres con problemas de salud mental durante el confinamiento. Precis&oacute; que hay mujeres con discapacidad psicosocial &ldquo;que han llevado mejor el confinamiento y que lo que temen realmente es la vuelta a la normalidad por las situaciones de discriminaci&oacute;n que tienen que afrontar en su d&iacute;a a d&iacute;a&rdquo;. Por ello, asegur&oacute; que &ldquo;es fundamental en la desescalada respetar los ritmos de cada persona&rdquo; y &ldquo;caminar juntas, sin presiones&rdquo;, ya que cada una habr&aacute; vivido esta situaci&oacute;n de un modo diferente. Durante el webinario, Montserrat Pallar&eacute;s, representante de las mujeres con discapacidad del Comit&eacute; Catal&aacute;n de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), lament&oacute; que todav&iacute;a no existan protocolos para agilizar el avance hacia la normalidad de los servicios para mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad. Adem&aacute;s, advirti&oacute; de que &ldquo;en muchas cosas hemos ido tarde durante el confinamiento, aunque se han salvado muchos asuntos por el esfuerzo de las entidades&rdquo;.Pallar&eacute;s evidenci&oacute; tambi&eacute;n su preocupaci&oacute;n por las situaciones de violencia y reivindic&oacute; que los servicios de atenci&oacute;n a mujeres con discapacidad de todos los &aacute;mbitos &ldquo;deben prepararse&rdquo; ante un futuro rebrote de la COVID-19. Mientras, Bel&eacute;n Trianes, trabajadora social de CERMI Extremadura, centr&oacute; su intervenci&oacute;n en las dificultades a&ntilde;adidas que enfrentan las mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad y las cuidadoras en la comunidad aut&oacute;noma, por el factor de dispersi&oacute;n de la poblaci&oacute;n y porque existen todav&iacute;a localidades sin acceso adecuado a las comunicaciones en entornos rurales, tanto en transportes como en nuevas tecnolog&iacute;as. Igualmente, avis&oacute; de las &ldquo;graves consecuencias&rdquo; de esta pandemia en el empleo de las personas con discapacidad, especialmente en las mujeres. Por &uacute;ltimo, se analiz&oacute; cu&aacute;l es el contexto de las mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad en Italia, otro de los pa&iacute;ses m&aacute;s devastados por la pandemia, con la intervenci&oacute;n de Luisa Bosisio, del Consejo Italiano de la Discapacidad. Esta portavoz critic&oacute; la insuficiente atenci&oacute;n de los poderes p&uacute;blicos a las mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad durante la pandemia, labor que, seg&uacute;n explic&oacute;, han realizado las organizaciones de la discapacidad &ldquo;con muy pocos medios&rdquo;. De igual modo, mostr&oacute; su preocupaci&oacute;n por el descenso en el n&uacute;mero de llamadas al Tel&eacute;fono Rosa (equivalente al 016 en Espa&ntilde;a) y calific&oacute; de &ldquo;terrible noticia&rdquo; los datos de mujeres con discapacidad que han muerto en centros residenciales por la pandemia en el pa&iacute;s transalpino. &ldquo;Todav&iacute;a queda un largo camino por recorrer, pero despu&eacute;s de la pandemia solo podemos progresar&rdquo;, concluy&oacute; esperanzada. En el webinario del mi&eacute;rcoles 10 de junio se trat&oacute; el tema de la institucionalizaci&oacute;n de mujeres con discapacidad en tiempo de confinamiento. La sesi&oacute;n estuvo protagonizada por testimonios en primera persona y cont&oacute;, adem&aacute;s, con la intervenci&oacute;n de la relatora especial de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Catalina Devandas que hizo un llamamiento para que los gobiernos de los Estados, junto a las entidades de la discapacidad, &ldquo;pongan todos sus esfuerzos en repensar c&oacute;mo vamos a brindar los apoyos a las personas con discapacidad fuera de los centros institucionalizados&rdquo;, algo que, en su opini&oacute;n, es &ldquo;m&aacute;s necesario que nunca&rdquo; ante las consecuencias de la pandemia en esta parte de la ciudadan&iacute;a. A juicio de la relatora de la ONU, &ldquo;no se trata de embellecer modelos anteriores, que se ha demostrado que nos fallan, sino que tenemos que buscar soluciones que sean m&aacute;s acordes con los derechos humanos&rdquo;. As&iacute;, Devandas lament&oacute; la cantidad de personas que han perdido la vida en centros residenciales de personas con discapacidad, &ldquo;que se han convertido, en muchos casos, en focos de infecci&oacute;n, en verdaderas trampas&rdquo; durante los peores momentos de la pandemia. Por ello, apel&oacute; a contar con todas las partes, incluidos los recursos actuales, para impulsar acciones como el refuerzo de la asistencia personal y la provisi&oacute;n de apoyos para que cada persona pueda elegir si quiere vivir en comunidad, &ldquo;cerca, por ejemplo, de sus familias&rdquo;. Igualmente, alert&oacute; de la discriminaci&oacute;n interseccional que sufren las mujeres y ni&ntilde;as con discapacidad, por lo que se debe tener en cuenta el enfoque de g&eacute;nero en todo momento. En este sentido, la vicepresidenta ejecutiva de la Fundaci&oacute;n CERMI Mujeres, Ana Pel&aacute;ez, pidi&oacute; &ldquo;desterrar la idea de que la institucionalizaci&oacute;n es lo mismo para hombres que para mujeres&rdquo;, ya que, de entrada, la poblaci&oacute;n femenina con discapacidad es un porcentaje mayor que el de hombres con discapacidad, una diferencia que se agudiza a edades avanzadas. Por ello, pidi&oacute; tratar este tema desde la &ldquo;doble perspectiva de g&eacute;nero y discapacidad&rdquo;. Durante el encuentro, se escucharon asimismo testimonios como los de Angelina, Amelia, Mar&iacute;a Rosa, Dolores o Isabel, entre otras, que viven en centros residenciales, quienes relataron que pasaron mucho tiempo solas en su habitaci&oacute;n durante el confinamiento, y que echaron en falta ver a sus familias o poder salir a la calle. Esperanzadas, aseguraron que la nueva normalidad desean que se base en poder ver m&aacute;s tiempo a sus seres queridos y poder disfrutar de experiencias como los viajes de su organizaci&oacute;n. Montse, una residente de un centro de salud mental, rememor&oacute; su &ldquo;dura&rdquo; historia de vida, que le llev&oacute; a ingresar en diferentes centros aunque ahora est&aacute; mejorando. Mientras, Monta&ntilde;a, mujer con esclerosis m&uacute;ltiple, advirti&oacute; de que &ldquo;vivir en una residencia nunca es la primera opci&oacute;n para nadie&rdquo;. Por su parte, Wafa, una residente de un centro de personas con lesi&oacute;n medular, lament&oacute; que &ldquo;hayamos tenido tantas bajas&rdquo; y agradeci&oacute; el &ldquo;gran trabajo&rdquo; de la plantilla de su centro pese a &ldquo;los momentos tan dif&iacute;ciles&rdquo; que se han vivido durante la pandemia. Tambi&eacute;n se pudo conocer la experiencia de Amaia, una joven que vivi&oacute; en un centro residencial de 2014 a 2019, un per&iacute;odo durante el que &ldquo;ten&iacute;amos horarios para todo&rdquo; al ser un centro de estudiantes con discapacidad. En cambio, en 2019 le ofrecieron la posibilidad de vivir en un piso para personas con gran discapacidad con apoyos, ejemplificando as&iacute; que se pueden ofrecer servicios sin necesidad de vivir en entornos institucionalizados. &ldquo;Ganas en intimidad, en flexibilidad de horarios y en calidad de vida&rdquo;, comparti&oacute;. El webinario abord&oacute; tambi&eacute;n los casos de abuso que se dan en ocasiones contra mujeres con discapacidad. En este punto, Lili, una mujer con discapacidad psicosocial de El Salvador, denunci&oacute; su &ldquo;dram&aacute;tica&rdquo; trayectoria, marcada por los abusos de su propio padre cuando era ni&ntilde;a y por los de un profesional cuando estaba en un centro para ser atendida por su discapacidad. Adem&aacute;s, critic&oacute; los tratamientos a los que ha sido sometida, con contenciones mec&aacute;nica y qu&iacute;mica y denunci&oacute; el estigma que socialmente siguen sufriendo las mujeres con discapacidad psicosocial, &ldquo;pues todav&iacute;a se nos tacha de locas&rdquo; o &ldquo;se espera que vayamos despeinadas o haciendo cosas llamativas&rdquo;. Por otro lado, Linda Doblas, madre de una hija que ha vivido el confinamiento en un hospital, carg&oacute; contra la falta de respuesta de un centro hospitalario cuando se tuvo que aplazar una intervenci&oacute;n quir&uacute;rgica de su hija. &ldquo;Yo me sent&iacute; abandonada y eso de que se tiene que cuidar al cuidador no se hizo&rdquo;, apunt&oacute; esta mujer, que explic&oacute; que &ldquo;su marido estuvo confinado en su casa&rdquo; y que al salir del hospital se encontr&oacute; con que &ldquo;el mundo hab&iacute;a cambiado&rdquo;. En su opini&oacute;n, en lugares como Barcelona y Madrid ha imperado el &ldquo;s&aacute;lvese quien pueda&rdquo;, aunque s&iacute; reconoci&oacute; el esfuerzo de administraciones y organizaciones sociales para paliar la situaci&oacute;n. Avis&oacute; de que &ldquo;hay muchos menores con discapacidad que viven atrapados&rdquo; de forma &ldquo;permanente&rdquo; y critic&oacute; que no se haya atendido suficientemente esta realidad. Para revertir esta situaci&oacute;n, present&oacute; la iniciativa &rsquo;16 familias&rsquo;, un proyecto destinado a mejorar la visibilidad de las personas con discapacidad y sus familias. Por &uacute;ltimo, se escuch&oacute; tambi&eacute;n el testimonio de Manuel G&oacute;mez, hermano de &Aacute;ngela, una mujer con discapacidad de 59 a&ntilde;os que, seg&uacute;n denunci&oacute;, falleci&oacute; sin que pudiera tener acceso a la atenci&oacute;n sanitaria que necesitaba tras contagiarse de COVID-19. Completamente desolado, dijo que su hermana fue derivada desde el centro de discapacidad en que resid&iacute;a al Hospital Cl&iacute;nico, pero que como ten&iacute;a s&iacute;ndrome de Down le dijeron que &ldquo;no era apta para nada&rdquo;. En esta l&iacute;nea, tanto la vicepresidenta ejecutiva de CERMI Mujeres como la relatora de la ONU alertaron de las vulneraciones del derecho a la salud y pidieron que no se d&eacute; &ldquo;menor valor&rdquo; a las vidas de determinadas personas en situaciones de crisis como la que se ha vivido. El tercer webinario celebrado el 17 de junio, abund&oacute; en el efecto de la pandemia en el derecho a la educaci&oacute;n continua de ni&ntilde;as y j&oacute;venes con discapacidad Un grupo de ni&ntilde;as y j&oacute;venes con discapacidad denunci&oacute; en este marco las dificultades a&ntilde;adidas que ha sufrido esta parte del alumnado en el acceso a la educaci&oacute;n durante la pandemia de COVID-19, a consecuencia de &ldquo;la falta de apoyos&rdquo; y &ldquo;las carencias en materia de accesibilidad&rdquo; de las plataformas telem&aacute;ticas de ense&ntilde;anza. Durante el encuentro, conducido por la vicepresidenta ejecutiva de la FCM, Ana Pel&aacute;ez, la representante del CERMI Estatal en el Consejo Escolar del Estado, Mariluz Sanz, carg&oacute; contra &ldquo;los muchos fallos&rdquo; que tiene el sistema educativo espa&ntilde;ol, &ldquo;aunque se nos diga que es muy bueno&rdquo;. Sanz destac&oacute; que las &uacute;ltimas leyes educativas en Espa&ntilde;a recogen principios encaminados hacia la igualdad del alumnado con discapacidad, &ldquo;pero el papel lo aguanta todo y la realidad luego es muy diferente&rdquo;. Asimismo, advirti&oacute; de la &ldquo;brecha de g&eacute;nero&rdquo; que existe en el acceso a la ense&ntilde;anza del alumnado con discapacidad En este sentido, la portavoz de Esquerra Republicana en la Comisi&oacute;n de Derechos Sociales y Pol&iacute;ticas Integrales de la Discapacidad y en la Comisi&oacute;n de Derechos de la Infancia y Adolescencia del Congreso de los Diputados, Norma Pujol, dijo que &ldquo;la educaci&oacute;n inclusiva y de calidad es un derecho de todos y todas&rdquo;, aunque advirti&oacute; de que &ldquo;requiere de trabajo y esfuerzo de las escuelas y se necesitan recursos y maneras diferentes de trabajar&rdquo;. La parlamentaria republicana lament&oacute; la &ldquo;brecha&rdquo; que ha sufrido el alumnado con discapacidad durante la pandemia en el acceso a los recursos de ense&ntilde;anza, aunque precis&oacute; que en las escuelas de Catalu&ntilde;a &ldquo;se ha hecho un gran esfuerzo&rdquo; para tratar de paliar esta situaci&oacute;n. Desde Chile, la presidenta de la Federaci&oacute;n Iberoamericana de S&iacute;ndrome de Down, Irma Iglesias, critic&oacute; que en su pa&iacute;s exista el prejuicio de que &ldquo;si una ni&ntilde;a con discapacidad no recibe formaci&oacute;n, no pasa nada&rdquo;. Con la pandemia, seg&uacute;n indic&oacute;, &ldquo;al ir a la educaci&oacute;n online, nuestros hijos quedaron fuera y muchos maestros ni los consideran, no les env&iacute;an material adaptado y eso nos afecta mucho&rdquo;. Irma Iglesias expres&oacute; su preocupaci&oacute;n por la salud mental de las madres y cuidadoras, &ldquo;que tienen que ser profesoras, madres y trabajar al mismo tiempo. Todo esto sin apoyos. Las madres son personas fuertes, que encaran la adversidad y son capaces de vivir con alegr&iacute;a y coraje&rdquo;. Tambi&eacute;n desde Latinoam&eacute;rica, la salvadore&ntilde;a Juana Aide, profesora itinerante con discapacidad que trabaja brindando apoyo al alumnado con ceguera, puso de relieve la falta de accesibilidad de las herramientas telem&aacute;ticas, pese a que durante la pandemia son fundamentales. Adem&aacute;s, alert&oacute; de que algunas de sus alumnas residen en entornos rurales y &ldquo;tienen grandes dificultades para acceder a internet&rdquo;, al tiempo que &ldquo;muchas tienen que encargarse de tareas dom&eacute;sticas&rdquo;, lo que &ldquo;aumenta la brecha de g&eacute;nero&rdquo;. Entre los testimonios que se compartieron en el webinario, destaca el de Irene, una estudiante ciega de sexto de Primaria, quien pidi&oacute; &ldquo;que, para avanzar hacia la inclusi&oacute;n, se cambie el concepto de que la discapacidad es algo malo&rdquo;. En cuanto a situaciones cotidianas, lament&oacute; &ldquo;la doble discriminaci&oacute;n que sufre por tener discapacidad y ser ni&ntilde;a&rdquo; cuando, por ejemplo, sus compa&ntilde;eros no le pasan la pelota en el recreo. Sobre la pandemia, relat&oacute; que, &ldquo;como en mi familia no ha estado nadie enfermo, lo m&aacute;s dif&iacute;cil para m&iacute; ha sido el colegio, porque los programas con los que se ha estudiado a distancia no son plenamente accesibles&rdquo;, un problema con el que tambi&eacute;n se encuentra en bibliotecas y lugares de juego, ocio y cultura. Por ello, denunci&oacute; que &ldquo;la inclusi&oacute;n es un largo camino y existen muchas cosas que se deben cambiar con esfuerzo&rdquo;. Tambi&eacute;n se escucharon testimonios de universitarias con discapacidad como el de la peruana Abigail Ter&aacute;n, estudiante de Filosof&iacute;a, y el de In&eacute;s Mart&iacute;nez, joven sorda estudiante de Medicina, quien explic&oacute; que las clases online &ldquo;han sido duras&rdquo; para ella por la falta de subtitulado de las sesiones o por la dificultad a&ntilde;adida al leer los labios del profesor, &ldquo;y eso si ponen la c&aacute;mara, porque a veces ni es posible&rdquo;. Por otra parte, Mar&iacute;a del Carmen La Osa, madre de una ni&ntilde;a con discapacidad del desarrollo en un pueblo de Ciudad Real, denunci&oacute; que solo &ldquo;en raras ocasiones&rdquo; su hija ha tenido adaptaciones metodol&oacute;gicas. &ldquo;Las adaptaciones que ha precisado las he hecho siempre yo, aunque no soy profesora, sino que soy agricultora, y tengo que contratar a una persona para que haga esa tarea y yo encargarme de las labores de ense&ntilde;anza&rdquo;. Seg&uacute;n coment&oacute;, su hija estudia ahora primero de Bachillerato, de nuevo sin apoyos, &ldquo;y con el confinamiento empezaron las presiones, los plazos de entrega de los trabajos&rdquo;, e incluso &ldquo;hay profesores que han dudado de que mi hija sea la que haga las actividades lectivas&rdquo;. As&iacute;, inst&oacute; a las administraciones a que &ldquo;si de verdad queremos inclusi&oacute;n, se haga efectiva ya, porque esto no lo es&rdquo;. Nuria, madre de una ni&ntilde;a con trastorno del espectro autista (TEA) y autora del cuento &lsquo;Una familia at&iacute;pica&rsquo;, declar&oacute; que su hija estudia en un centro ordinario con apoyos pues, por ejemplo, su sistema de comunicaci&oacute;n habitual es a trav&eacute;s de m&eacute;todos como los pictogramas. Igualmente, reprob&oacute; el hecho de que cuando se habla de la planificaci&oacute;n del pr&oacute;ximo curso &ldquo;no se tenga en cuenta al alumnado con necesidades especiales&rdquo; y avis&oacute; de que muchas familias no pueden dedicar a sus hijos con discapacidad el tiempo que ha podido emplear ella durante el confinamiento. &ldquo;Con el cierre del colegio por la pandemia, aunque la profesora ha mostrado inter&eacute;s por el estado emocional de mi hija Daniela, yo me he sentido muy desamparada y he tenido que hacer las adaptaciones de los materiales como he podido. Todav&iacute;a no hemos recibido las notas, aunque espero que con lo que hemos trabajado en casa mi hija no sufra mucho retraso al regresar a clase en septiembre&rdquo;, dese&oacute; esta madre. Finalmente, el 24 de junio el webinario se centr&oacute; en el efecto de la pandemia en el derecho al empleo de las mujeres con discapacidad. En este contexto, la Fundaci&oacute;n CERMI Mujeres (FCM) alert&oacute; del grave impacto de la pandemia de COVID-19 en el derecho al empleo de las mujeres con discapacidad. Este webinario cont&oacute; con la participaci&oacute;n de expertas como Virginia Carcedo, secretaria general de FSC Inserta, quien coment&oacute; que dos de las prioridades de Fundaci&oacute;n ONCE son el empleo y la accesibilidad universal, &ldquo;incorporando a la mujer con discapacidad como uno de los colectivos prioritarios&rdquo;. Carcedo avis&oacute; de que el &ldquo;teletrabajo ha venido para quedarse&rdquo;, por lo que afirm&oacute; que se centrar&aacute;n en favorecer en mayor medida la inclusi&oacute;n laboral de las mujeres con discapacidad por esta v&iacute;a, si bien mostr&oacute; su preocupaci&oacute;n por la &ldquo;brecha digital&rdquo; existente. &ldquo;El talento de la discapacidad tiene que usarse y no se puede desaprovechar&rdquo;, sentenci&oacute;. Miriam Arnaiz, t&eacute;cnica de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad F&iacute;sica (PREDIF), destac&oacute; la importancia de la asistencia personal, no solo como apoyo para que las mujeres con discapacidad &ldquo;puedan desarrollar su proyecto de vida independiente&rdquo;, sino que es tambi&eacute;n &ldquo;una oportunidad laboral para mujeres con discapacidad&rdquo;. Por ello, dijo que desde esta organizaci&oacute;n trabajan impulsando el empoderamiento y la formaci&oacute;n de las mujeres con discapacidad. En este sentido, Elena Antelo, directora gerente de la Confederaci&oacute;n Espa&ntilde;ola de Personas con Discapacidad F&iacute;sica y Org&aacute;nica (COCEMFE), resalt&oacute; la labor en materia de generaci&oacute;n de estudios y conocimiento cient&iacute;fico en materia de mujeres con discapacidad que lleva a cabo su entidad y los proyectos de intervenci&oacute;n directa. &ldquo;Muchas mujeres entran en contacto con nuestro movimiento asociativo a trav&eacute;s de los servicios de intermediaci&oacute;n laboral y eso permite en ocasiones detectar casos de violencia de g&eacute;nero&rdquo;, ampli&oacute;. Desde Latinoam&eacute;rica, Alma Evelia Rodr&iacute;guez, docente del Centro Estatal de Tiflolog&iacute;a de Veracruz (M&eacute;xico), expuso las claves de su trabajo durante la pandemia para que &ldquo;no queden atr&aacute;s&rdquo; las mujeres con discapacidad que necesitan adquirir habilidades en el uso de las nuevas tecnolog&iacute;as &ldquo;para su plan de vida&rdquo;. Mientras, Marta Vallejo, coordinadora nacional de &Aacute;gora-FOAL de Paraguay, reflexion&oacute; sobre el hecho de que muchas mujeres con discapacidad sufran &ldquo;ninguneo y sean ignoradas en su entorno laboral&rdquo;, por lo que llam&oacute; a &ldquo;construir entornos de respeto&rdquo;. M&aacute;s all&aacute; de las intervenciones de estas expertas, el webinario estuvo protagonizado por los testimonios de mujeres con discapacidad como Luc&iacute;a Torrecilla, mujer en b&uacute;squeda de empleo, quien perdi&oacute; su trabajo justo antes de la pandemia y denunci&oacute; que existen &ldquo;prejuicios&rdquo; importantes en el mercado laboral hacia las mujeres con discapacidad. As&iacute;, lament&oacute; que, pese a contar con &ldquo;una formaci&oacute;n acad&eacute;mica suficiente&rdquo;, su vida laboral est&aacute; marcada por la &ldquo;temporalidad&rdquo;. Otra mujer con discapacidad desempleada que comparti&oacute; su historia fue Sonia, que centr&oacute; su intervenci&oacute;n en c&oacute;mo mantener el &aacute;nimo cuando no se encuentra trabajo: &ldquo;Yo no soy una persona que se venga abajo y as&iacute; voy para adelante poquito a poco&rdquo;. Tambi&eacute;n en tono optimista intervino desde Latinoam&eacute;rica Mar&iacute;a Jos&eacute; Seijo quien, pese a centrar sus palabras en las dificultades de socializaci&oacute;n y aprendizaje en esta situaci&oacute;n de pandemia, proclam&oacute; que &ldquo;este es un desaf&iacute;o m&aacute;s de los que he tenido que superar&rdquo;. Respecto del impacto de la pandemia en las cuidadoras de familiares con discapacidad, Cristina, madre de un hijo con discapacidad, denunci&oacute; las dificultades de conciliaci&oacute;n que siguen existiendo, lo que complica buscar trabajo teniendo que cuidar de un hijo con discapacidad: &ldquo;Mi curr&iacute;culum es muy bueno hasta que digo que tengo un hijo con discapacidad y, entonces, se acab&oacute;&rdquo;, censur&oacute; esta madre. En cuanto al teletrabajo durante la pandemia, se conoci&oacute; el testimonio de Ana Olmedo, una mujer con discapacidad funcionaria en la Junta de Andaluc&iacute;a, quien se dedica a trabajar en cuestiones legales con familias de acogida. Seg&uacute;n explic&oacute;, &ldquo;hemos tenido que adaptarnos r&aacute;pidamente haciendo videoconferencias, porque no pod&iacute;amos parar, pues trabajamos en la defensa de los menores&rdquo;, aunque critic&oacute; &ldquo;la falta de accesibilidad de las herramientas online para personas con discapacidad visual&rdquo;. Por su parte, Maite Sorolla, mujer con discapacidad que trabaja como int&eacute;rprete para las instituciones de la UE, destac&oacute; que ha vivido la pandemia desde Austria y se&ntilde;al&oacute; que el comienzo del confinamiento fue muy duro&rdquo; emocionalmente: &ldquo;En esta situaci&oacute;n me he dado cuenta de que a nosotras se nos exige tres y cuatro veces m&aacute;s de lo habitual para afrontar cualquier cosa&rdquo;. En relaci&oacute;n a las consecuencias de la pandemia en la formaci&oacute;n profesional, Mar&iacute;a Casanova, mujer con da&ntilde;o cerebral adquirido que cursa estudios de este tipo, Calific&oacute; de &ldquo;negativos&rdquo; los efectos de la pandemia en su formaci&oacute;n porque &ldquo;para m&iacute; realizar las pr&aacute;cticas en mi centro era muy &uacute;til para adquirir competencias&rdquo;. Por otro lado, se visibiliz&oacute; como las mujeres con s&iacute;ndrome de Down pueden acceder al mercado laboral cuando se dan oportunidades, como le sucedi&oacute; a Cristina Agudo. Trabaja en el Hospital de Toledo, y al explicar su testimonio puso en valor el trato que le han brindado desde este centro al permitirle pedir una excedencia voluntaria. &ldquo;La COVID-19 nos ha cambiado a todos la vida y ahora estoy pensando regresar al trabajo porque lo echo de menos. Soy una mujer independiente&rdquo;, proclam&oacute;. Igualmente, se prest&oacute; atenci&oacute;n a las dificultades que sufren las mujeres ind&iacute;genas con discapacidad en el acceso al mercado laboral con la intervenci&oacute;n de Flavia Anau, de la asociaci&oacute;n de Pi&ntilde;a Palmera de Guajaca (M&eacute;xico). Esta ponente puso el acento en las dificultades en las comunicaciones, al tiempo que dio paso al testimonio de Julia, una madre ind&iacute;gena con discapacidad que ha perdido su &uacute;nica fuente de ingresos por la pandemia.

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