¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional como académica y como activista feminista?
Soy politóloga, licenciada por la Universidad Pompeu Fabra y máster en políticas públicas y sociales. Tras finalizar mis estudios, comencé a trabajar en el Observatorio Social de España, con el profesor Vicenç Navarro, donde abordábamos temas de políticas públicas desde un enfoque social. Desde hace siete años desarrollo mi carrera profesional en el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales de Barcelona. Desde allí he coordinado cursos y seminarios para sensibilizar en temas de igualdad y de justicia de género. Entre ellos destaca el “Curso de lectura de teoría política feminista”.
En el ámbito de las políticas públicas, desarrollamos también el Seminario “Ciudades y personas”, en el que cada año se elige un tema específico de política pública que necesita ser analizado desde la perspectiva de género, con la idea de hacer aportaciones útiles para la gente que implementa esas políticas, en principio políticas locales, pero no exclusivamente. Asimismo he participado en clave feminista en movimientos políticos como por ejemplo en Dones amb Iniciativa/Iniciativa per Catalunya Verds, pero desde la pura militancia, no como trabajo.
El 14 Seminario Ciudades y personas se centró en el tema de la violencia contra las mujeres con discapacidad, ¿qué otras cuestiones habéis tratado en seminarios anteriores?
Hace dos años elegimos el tema de las chicas adolescentes y las relaciones de género. También se ha abordado la situación de las mujeres inmigrantes en relación al tema de los cuidados, analizando cómo las mujeres de aquí externalizan cuidados que proveen otras mujeres que vienen de otros países. Además de colectivos de mujeres concretos, hemos trabajado cuestiones relacionadas con el espacio público. Este es uno de los seminarios de los que estoy más contenta porque se analizaron asuntos tan importantes como la inseguridad que genera a las mujeres el diseño y la manera en la que están construidos los espacios públicos. Este seminario elaboró una batería de recomendaciones acerca de cómo construir el espacio público para que sea un lugar seguro para las mujeres. De todos los seminarios surge como producto un libro, que hasta hace tres años era una publicación física, pero que en los últimos tiempos ha pasado a convertirse en una publicación virtual.
¿Cómo surge la idea de abordar el tema de la violencia contra las mujeres con discapacidad?
Todo arrancó por un contacto que hicimos con la Unidad de Atención a la Víctima de Mossos d'Esquadra, a raíz de la preocupación expresada por dos policías que veían que existían perfiles de mujeres que nunca llegaban a sus servicios y que precisamente eran perfiles de mujeres vulnerables. Ahí comenzamos a trabajar cuáles eran esos perfiles de mujeres tan vulneradas que era incapaces de hacer uso de los recursos del sistema público en materia de violencia de género. Uno de los grupos identificados fue precisamente el de las mujeres con diversidad funcional. Los datos que existen sobre esta cuestión son escasos y periféricos. Con esta alerta es con la que escogimos el tema y empezamos a buscar a expertas que nos ayudaran a arrojar un poco de luz al respecto.
Como resultado de este seminario se ha publicado un libro, que contiene un análisis del marco legal sobre esta cuestión y datos estadísticos que se han podido sistematizar para trazar un diagnóstico de partida. También se recogen buenas prácticas nacionales e internacionales que recogen proyectos exitosos en la detección y abordaje de situaciones de violencia contra mujeres con discapacidad en distintos países. Asimismo, la publicación incluye otras experiencias de intervención que están funcionando y que se pueden leer y replicar.
El trabajo desarrollado en este 14 seminario ha sido realizado desde un enfoque interseccional ¿Es esta una perspectiva que empleáis en vuestras iniciativas en el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales?
Si, absolutamente. La mirada en nuestro trabajo es interseccional. Al principio, cuando abordábamos temas, como por ejemplo los presupuestos o el espacio público, hablábamos de perspectiva de género. Pero cuando empezamos a trabajar perfiles, la mirada cada vez se hizo más interseccional porque además es mucho más fidedigna de la realidad. Así podemos trabajar colectivos, pero no solo el colectivo en sí, sino también podemos estudiar cómo se entrecruzan las desigualdades sobre una misma persona, cómo una persona, encontrándose en la intersección entre diversas situaciones vitales donde unas perjudican y otras benefician, se ubica en un lugar de más o menos poder social y de capacidad de bienestar social. Esa mirada es clave para poder diseñar y aplicar políticas públicas mucho más realistas.
Este enfoque interseccional utilizado también por las mujeres con discapacidad organizadas, ¿crees que está presente en el movimiento feminista?
Actualmente, el movimiento feminista es absolutamente plural y combina muchas perspectivas, y creo que sí, que el feminismo más floreciente, el que conozco más activo hoy en día, tiene una mirada interseccional donde hacen suyas muchas reivindicaciones diferentes porque son mujeres que están en la mezcla, en el cruce, en relación a la raza, a la orientación sexual…
Este feminismo de la tercera ola, más posfeminista, no habla de igualdad ni de diferencia, sino que se halla más cercano a la destrucción de las categorías, próximo al no encuadre, al lema de “a mí no me digas cómo me tengo que comportar”. Es un feminismo también próximo al mundo queer. En Barcelona, muchas de las chicas jóvenes que están entrando en el feminismo lo hacen precisamente desde este lugar, cuestionando la identidad.
“Actualmente el movimiento feminista es absolutamente plural y combina muchas perspectivas, y creo que sí, que el feminismo más floreciente, el que conozco más activo hoy en día, tiene una mirada interseccional donde hacen suyas muchas reivindicaciones diferentes porque son mujeres que están en la mezcla, en el cruce, en relación a la raza, a la orientación sexual …”
Concurriste a las elecciones del 20 de diciembre como candidata al Senado por en Comú Podem. Ahora, como senadora, ¿cuáles son tus proyectos prioritarios en esta nueva andadura?
Quiero seguir trabajando en temas de género, por supuesto, y para eso es fundamental tener presencia en la Comisión de Igualdad y desarrollar una labor de hormiguita feminista porque sé que las cosas se consiguen con insistencia. La principal propuesta que tengo es empezar por el tema de violencia de género. Este año ha comenzado de manera muy dramática en relación a los asesinatos de mujeres y es necesario instar al gobierno para que actúe sobre esta cuestión.
Finalizamos la entrevista comentando el revuelo producido por la decisión de la diputada Carolina Bescansa de llevar a su bebé a la sesión constitutiva de la Cámara del Congreso. Para Frexanet “es verdaderamente sintomático que un niño en un hemiciclo cause ese revuelo, pero ha sido bueno para abrir un debate. Siempre hablamos de romper las barreras que separan el mundo de lo público y lo privado y todo esto pone en evidencia que no se ha conseguido, que el mundo político acepta la maternidad siempre y cuando no la vea porque en el momento que es visible crea una incomodidad brutal. Eso ha sido positivo porque ha puesto el tema encima de la mesa. Esta decisión ha causado revuelo no solo en los espacios mediáticos, sino también dentro del movimiento feminista, lo que es sintomático del cambio generacional que hay en relación al feminismo. Para una cierta generación anterior a la mía conseguir no tener que ocuparse de los hijos y poder ir a trabajar, salir del espacio de los cuidados y poder ir al trabajo sin los cuidados a cuestas, es un éxito. Pero para otras generaciones más jóvenes precisamente el gran fracaso es no poder tener esa vida privada, una familia, porque el mundo laboral tal cual está diseñado, te lo impide. Es una clara reivindicación de todo aquello que no podemos tener ni combinar porque con esta precariedad no hay conciliación posible. Esta cuestión se ha vivido de forma muy distinta según la generación, los feminismos y las experiencias vitales, pero a nivel general, que haya sucedido, pone en agenda el tema de la imposibilidad de vivir con la multiplicidad de tareas que nos encomiendan.”
Puedes acceder al libro 'Mujeres con discapacidad/diversidad funcional: una violencia invisible' en el siguiente enlace.