Así se expresó Lorente durante el webinario 'La percepción social de la masculinidad en la violencia contra la mujer', organizado por Fundación ONCE, en colaboración con la Fundación Cermi Mujeres (FCM), y moderado por la jefa de Sociedad de Servimedia, Mayte Antona.
En su intervención, Miguel Lorente defendió que “la construcción patriarcal necesita a la violencia como instrumento para mantener la injusticia social porque todos los privilegios que tenemos los hombres, es porque se los hemos restado como derechos a las mujeres”. Por ello, declaró que “al machismo le duele la transformación que se está produciendo, porque pierde espacios de poder”.
En este sentido, cuestionó que el machismo esté desapareciendo en la sociedad, puesto que, en su opinión, lo que está haciendo es “adaptar el mensaje, la escenificación y las estrategias” para mantenerse vivo ante los cambios que se van produciendo.
En relación con la visión social predominante de la masculinidad, señaló que “ser hombre no sólo es tener unos determinados elementos biológicos o comportarse de un modo ante una circunstancia, sino que debe acompañarse del reconocimiento de otros hombres para ser integrado dentro del grupo y tener acceso a los privilegios”. Asimismo, advirtió de que “no basta” con conseguir ese reconocimiento, “sino que hay que ir haciendo cosas para mantenerlo” y, a su juicio, es aquí donde se tiene que recurrir en ocasiones a la violencia.
Lorente explicó que otros aspectos nocivos de la percepción de lo que es “ser hombre” es que la “masculinidad se construye negando lo femenino, como que los hombres no lloran o no usan el color rosa”. Igualmente, criticó construcciones sociales como que “si eres hombre dímelo a la cara”, lo que son actitudes que promueven conductas violentas.
Por otro lado, repasó algunos de los datos que reflejan la realidad de la lacra de la violencia de género, recordando que, según datos de la ONU, cada 10 minutos es asesinada una mujer en el mundo en el entorno familiar o de pareja, y que, en España, más del 20% de los homicidios son perpetrados por hombres contra sus parejas o exparejas.
De esta forma, y pese a que desde 2003 en España hayan sido asesinadas más de 1.000 mujeres en el ámbito de las relaciones de pareja, el exdelegado del Gobierno lamentó que la sociedad no tenga “una percepción clara de la gravedad de este problema”, puesto que, como refleja el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), supone una preocupación esencial sólo para una minoría de la población.
DISCURSOS NEGACIONISTAS
En esta línea, cargó contra los “discursos negacionistas de la violencia de género de la ultraderecha” porque “cuando el mensaje se lanza desde figuras de referencia, y un político lo es, con independencia de la barbaridad que diga, va a ser creído por una parte de la ciudadanía”. Por ello, llamó a luchar contra el machismo “desde todos los frentes”.
Por su parte, la secretaria general de Fundación ONCE y comisionada de los Cermi Autonómicos, Teresa Palahí, avisó de que “la violencia funciona como un mecanismo de control social de la mujer y sirve para reproducir y mantener el statu quo de la dominación masculina. La sociedad patriarcal exculpa al hombre que ejerce violencia contra la mujer porque es una conducta esperable, libre de cualquier reproche social, a partir de patrones de conducta aprendidos y transmitidos de generación en generación”.
De este modo, subrayó la utilidad de eventos como este webinario para que, a través de la información especializada, “podamos acabar con muchos de los mitos que se han levantado” sobre el machismo y la violencia.
En esta línea se pronunció también la vicepresidenta ejecutiva de la Fundación Cermi Mujeres y miembro del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Ana Peláez Narváez, quien puso en valor la celebración de actos como este webinario y celebró que Miguel Lorente se haya convertido recientemente en integrante del Patronato de Cermi Mujeres.
Además, Peláez Narváez enumeró las principales demandas de esta entidad en materia de lucha contra la violencia de género para “no dejar atrás a las víctimas con discapacidad. Entre estas reivindicaciones, destacó reforzar la coordinación entre servicios policiales, sociales y sanitarios; mejorar la formación en materia de discapacidad de todos los profesionales que intervienen en la atención a víctimas, y garantizar la accesibilidad universal de todos los recursos de atención, entre otras reivindicaciones.