Ha sido, asimismo, la impulsora del Movimiento de Vida Independiente en Brasil y ha desarrollado su labor profesional como consultora experta sobre temas de discapacidad para Naciones Unidas. Berman ha recibido diversos reconocimientos entre los que cabe destacar el Premio Internacional Kessler de Rehabilitación y el Premio de Servicios Internacionales de Derechos Humanos del Reino Unido, en la categoría de personas con discapacidad. Actualmente, es Jefa de la Sección sobre Discapacidad de la División de Programas de Unicef en Nueva York.
Uno de los principales éxitos que se le atribuyen es haber sacado adelante el primer estudio temático en la historia de la organización sobre infancia con discapacidad. ¿Cuál es su visión sobre la situación de la infancia con discapacidad en el mundo?
En realidad el estudio salió por iniciativa de la organización. Evidentemente todo el equipo especializado en discapacidad ejerció su influencia para que finalmente se hiciera realidad, pero el informe fue realizado realmente contando con el apoyo de mucha gente, tanto interna como externa.
Precisamente, ahora vamos a evaluar los últimos cinco años del trabajo global de Unicef, para analizar si en este periodo de tiempo hemos dado respuesta a todo lo que el Informe Mundial sacó a la luz, principalmente las denuncias relacionadas con la falta de atención a esta población. Los problemas que se abordan son, entre otros, falta de datos, así como la falta de respuestas especializadas, los déficits de la educación, que sigue sin ser inclusiva, y los graves problemas de inclusión educativa a cualquier nivel, de las niñas y niños con discapacidad, que forman parte del sector de la infancia más afectado en todo el mundo.
Una vez obtenido el panorama global, queremos evaluar también globalmente el trabajo de Unicef, que no es otro que el de hacer incidencia en la agenda global de la niñez para que se incluya a la infancia con discapacidad. En el mismo sentido, trabajamos para que la agenda global de discapacidad incluya el enfoque de las niñas y los niños. Esto es algo que aún no está definido, ya que las personas adultas con discapacidad no solemos hablar de niños y niñas con discapacidad. Por lo general, son las madres y los padres quienes lo hacen y esto es visto por muchas personas como una interpretación realizada por una persona intermediaria. Sin embargo, no ofrecemos nuestra propia voz como personas con discapacidad a esa infancia con discapacidad. Este es precisamente el enfoque principal que queremos adoptar.
Y en relación con las niñas con discapacidad ¿qué iniciativas está adoptando Unicef?
Hay que tener presente que todo lo que hace Unicef cuenta con enfoque de género y edad. Trabajamos para implementar agendas globales que incluyan a niñas y niños con discapacidad desde un enfoque de género. Esto significa enviar mensajes clave al área de programas sobre discapacidad con el objetivo de que se tenga en cuenta la diversidad necesaria, ya no solo de género, sino también de las minorías con discapacidad, de la misma manera que incluimos las discapacidad como una minoría para otros grupos más amplios de niños y niñas.
Según vuestro trabajo ¿qué desigualdades sufren las niñas con discapacidad?
Pues son todas las situaciones en las que las niñas sin discapacidad también se ven afectadas por la desigualdad. La violencia, por ejemplo o la exclusión del contexto educativo. Aún hoy en día faltan indicadores que nos muestren cuántos estudiantes son niños cuántas son niñas. Esta situación se agrava según la región del mundo, claro está, pero en muchas partes las niñas son las que se quedan en la casa realizando tareas domésticas, labores de cuidado, atendiendo a las personas mayores, que también presentan limitaciones. Además residen en regiones donde el grado de discriminación es muy alto y las niñas están siempre escondidas, ya que las familias siguen pensando que una manera de proteger a una niña con discapacidad consiste en no dejarla salir a la escuela. También debemos pensar en el miedo a la violencia de la que pueden ser víctimas.
Está en España visitando organizaciones de nuestro país para conocer con mayor profundidad las demandas en este ámbito ¿Qué impresión se lleva?
Ya estuve muchas veces en España y me parece que aquí se produce una situación específica relacionada con el sector de la discapacidad visual y que es única en cualquier país del mundo, ya que ofrece la posibilidad de poner en marcha sistemas que son creados desde la base, considerando las necesidades y los derechos de las niñas y niños con discapacidad.
Creo que aún se puede avanzar mucho, pero también creo que lo que pasó aquí en España fue interesante porque existe un sistema creado desde hace más de veinte años, o quizá desde hace más tiempo incluso, que es fruto de una lucha, una inversión, que realizó una generación que apostó seriamente por trabajar para garantizar los derechos y servicios necesarios para este sector de la población.
Por ejemplo, en relación con la tecnología de asistencia, con la accesibilidad o el deporte España es un país a la cabeza en la red de discapacidad. En Latinoamérica, y yo soy de la región, soy brasileña, España ayudó y sigue ayudando muchísimo sobre todo en el desarrollo de capacidades en el área de la discapacidad en general, y es algo que hay que reconocer. También ha ejercido una fuerte influencia en todo el acercamiento a cuestiones relacionadas con la rehabilitación, medios de comunicación y comunicación inclusiva. Así, tuvimos la oportunidad, gracias al apoyo ofrecido por España, de llevar esos temas a nuestros países.
¿Qué mensaje le mandaría a las niñas y a los niños con discapacidad de todo el mundo?
Yo les diría que cada individuo es de una manera y que tienen los mismos derechos que las demás niñas y niños, pero no siempre las mismas oportunidades. Pero deben saber que tienen los mismos derechos que, por ejemplo, tienen sus hermanas y hermanos. Creo que hay que hacer trabajar con la autoestima para que puedan reconocerse como parte de un grupo global, formado por otras niñas y otros niños en todos los lugares del mundo. No están solos. Tienen que saber que hay gente que se ocupa de sus problemas. Deben saber que la vida les pertenece.
Un deseo breve.
Deseo un mundo para todas las personas.